I'm a Lumberjack and I'm Ok, por Jaime Grijalba.
Chan-wook Park ha sido conocido mundialmente como uno de los directores más importantes del cine mundial y se ha coronado como el más conocido de los creadores coreanos gracias a sus cintas con reminiscencias de géneros norteamericanos más aceptados como la venganza desesperada, la acción, las persecuciones, la investigación y otros elementos, principales ingredientes de "Oldeuboi" (2003), una de sus obras maestras y la que lo hizo conocido alrededor del mundo. Sin embargo, la filmografía de Park nos muestra que tiene muchas otras cintas, que aunque puede que muchas de las mismas tengan varios temas en común, nos encontramos con una enorme cantidad de cintas que se pueden explorar, para encontrar que la cinta del 2003 no era más que la punta del iceberg en la mente de Park.
Aunque no creo que I'm a Cyborg but that's Ok sea mejor que alguna de las cintas de la trilogía de la venganza, sí es la película de su filmografía con la cual más se relaciona, pues en su punto de partida es una historia más de venganza, tomando elementos de las tres anteriores: de su inicio nos recuerda al trabajo del protagonista de "Boksuneun naui geot" (2002) y la paleta tremendamente verde de ese lugar, luego tenemos la presencia de la abuela que se quiere vengar (ha sido traída desde Corea del Norte y quiere vengarse de los coreanos del sur) comparada con una espía encarcelada de Corea del Norte que conocemos en una de las escenas más bellas de "Chinjeolhan geumjassi" (2005). Sin embargo, pese a que el tema de la venganza es el principal y el que cataliza la acción, es primera vez que vemos dentro de las cintas de Park un tema tan sentimental como es el caer enamorado y amar espiritualmente a alguien, lo cual estaba totalmente ausente en su demás obra.
Lo que quiero decir es que las pulsiones que llevaban a las parejas en la trilogía de la venganza es más cercana a la sexual que a la del amor, y mientras veíamos ejemplos de amor paternal o familiar, no habíamos sido testigos aún de un amor entre un hombre y una mujer que sea puro, espiritual y que implique todo lo que debe implicar: la sanación y comprensión mutua del alma de los dos. Claro que podríamos empezar a discutir que su verdadera obra maestra "Gongdong gyeongbi guyeok JSA" (2000) sí retrata una especie de amor profundo y espiritual, pero que habría que empezar a leer demasiado profundo en esta historia sobre una amistad profunda entre hombres hermanos (creo que aquí la nacionalidad y la sangre son más fuertes que cualquier subtexto de homosexualidad o incluso amor que se le pueda emplazar encima).
Pero vaya qué pareja la que nos muestra Park para hablar del amor entre las personas, pues hace que surja en un lugar peculiar: un manicomio. Las dos personas también son interesantemente peculiares y extrañas como para que empiecen a representar el enamoramiento: una mujer que cree que es un cyborg vengador programado para matar a quienes traicionaron a su abuela, y otro que cree que es una especie de superhéroe o ser simbionte que toma los poderes de las personas a las que toca, adquiriendo sus "super-poderes" como si fuera una suerte de esos monstruos o aliados que siempre terminan apareciendo en cierta clase de narrativa serial, ya sea de narrativa gráfica, audiovisual o de videojuego. Ellos dos son los que nos muestra cómo el amor puede surgir y florecer en todas partes, y eso es un pensamiento bellísimo a tener en cuenta cuando hablamos de la común desesperanza y desatisfacción que une a todas las cintas de Chan-wook Park. Aquí vemos algo florecer del peor de los lugares, y aunque muchas veces parece imposible, finalmente sentimos que se logró el objetivo del destino y del amor.
El hecho de que la joven muchacha se crea un cyborg de ataque masivo de venganza da la oportunidad a la cinta a ingresar enormes cantidades de efectos especiales y sangre, escenas violentas y bellas al mismo tiempo, que nos hacen dudar verdaderamente si nuestro personaje principal es o no es un cyborg (obviamente no lo es, pero no habría sido excelente si lo fuera... tal vez sí, tal vez no), las cuales se presentan como escenas de fantasía pura, una liberación que deja al cyborg sin un sentido real para poder seguir cumpliendo su venganza, hasta que aparece este chico extraño y transtornado con ser como un Ditto o cualquiera otra clase de copiador de fuerzas enemigas, pues termina entendiendo a esta joven y logra ver tras ella la humanidad y el trauma (así como su propia inhabilidad), lo cual los lleva a un camino, que puede que no sea de cordura, pero sí los acerca a una tierra común. La escena final es una victoria de ambos de sobreponerse a sus propias limitaciones mentales, la búsqueda de lo que no existe, que los une y finalmente vuelve inseparables (al menos eso esperamos nosotros).
9/10
2 comentarios:
Another splendidly effusive essay in the service of Korean cinema, which as I said previously has been gaining more than any other nation over the past years.
Sam: Korea is the place to look at.
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