viernes, 10 de agosto de 2012

100 Días de Terror - Nº18: The Black Cat (1934)

Satán nos protege, por Jaime Grijalba.
Boris Karloff y Bela Lugosi, esa dupla de actores (amigos y rivales según cuenta la historia) de terror que no se repetiría hasta muchos años después (bajo la forma de Christopher Lee y Peter Cushing) nos dieron a lo largo de los años 30, 40 y 50 las mejores interpretaciones y creaciones visuales de seres abyectos, repulsivos o que merezcan nuestra mayor compasión en la historia del cine de terror y ciencia ficción hasta nuestros días. Ver una película con alguno de ellos en el título significaba que, al menos, no te ibas a aburrir, porque siempre va a ser divertido ver a Lugosi luchando por decir algo en algún acento que no sea ese rumano que nunca logró sacarse de encima, o ver a Karloff entregándole seriedad y profesionalismo aunque sea a la cosa más ridícula y asquerosa de su vida. ¿Qué cosa, entonces, se puede esperar cuando ponen a Karloff y a Lugosi en el mismo fotograma? Muchos decían que las mentes de todos explotarían, pero tuvieron ocho colaboraciones en total, una de las cuales ya fue criticada en este blog, la querida "The Raven" (1935), otra la que hoy nos convoca y otras seis más. Pero es esta la que se lleva el premio por ser la primera vez en que ambos actores compartieron pantalla y créditos juntos al inicio, pese a no ser los verdaderos protagonistas (aunque sí se roban la película al final).
El gato negro del cual se habla en el título de la película es, supuestamente, en referencia al cuento clásico de Edgar Allan Poe, uno de los más famosos y más exitosamente adaptados de todos. Dirigida por Edgar G. Ulmer, de procedencia alemana, confesó que el título y la inclusión del crédito respectivo para el famoso escritor Edgar Allan Poe, sólo se hizo con el fin de poder llamar a la gente a ver a la película, debido a la enorme popularidad de ese escritor en esos años... lo cual me parece poco inteligente de su parte, ya que dado el tema de la película hay muchos otros títulos que son mucho más atrayentes y luego está la cuestión de que la película cuenta con la actuación de Karloff y Lugosi, razón suficiente como para que se convirtiera en la película más taquillera de 1934 para la Universal (lo cual fue sin mucho esfuerzo de Edgar Allan Poe). Pero a estas alturas ya estamos asegurados y curados de susto con las adaptaciones poco leales de cuentos de Poe, así que sigamos adelante sin mencionarlo una vez más.
En la película se siente la presencia alemana de Ulmer con los sets, propios de lo más exquisito del expresionismo italiano, con sombras y figuras exageradas, sacadas de los elementos más retorcidos de los sueños y de la histeria de los personajes que se encuentran en las situaciones de horror que veremos descritas. La película es muy reconocida por tener una secuencia descarnadamente violenta para su época, un descueramiento de un ser humano, que en su mayor parte ocurre fuera de cámara, pero de la cual vemos las sombras, los gritos y sus consecuencias. La película, además de esos dos elementos destacables (y las ya perenne presencias de Lugosi y Karloff) poco tiene que ofrecernos de interés, salvo por una trama medianamente trabajada que involucra sacrificios humanos y misas negras diabólicas, que incluye verdaderos rituales paganos puestos en escena y tomados como lo peor que le puede ocurrir a un ser humano: caer en la tentación de la adoración del demonio, muy relacionado e inspirado en los casos de Alester Crowley y sus seguidores.
La historia tiene una debilidad precisa y es que parte con un punto de vista específico, el de nuestros protagonistas, dos recién casados que se ven envueltos en una complicada trama diabólica que implica rivalidades milenarias y la presencia misma del demonio y lo sobrenatural en sus vidas, pudiendo arriesgar mucho de su recién empezada vida en conjunto. El problema principal es que esta pareja es poco interesante, no tiene nada que ver en la historia, uno se desvía por la tangente que es la relación y rivalidad entre los eméritos personajes de Karloff y Lugosi, pero siempre (y esa es la parte desesperante) tiene que volver a la trama principal y mostar todo bajo su perspectiva, quizás perdiéndonos de qué impresionantes diálogos o intercambios psicológico-esotéricos entre estas dos potencias actorales del terror. Ellos son los que elevan esta película que podría haber sido muy mediocra a algo muy entretenido en varias partes (pero muy aburrido en otras).
8/10

2 comentarios:

Sam Juliano dijo...

Excellent inclusion here Jaimie! I just saw this at the Film Forum not more than two weeks ago, and was again reminded what a bizarre but atmospherically effective piece this was, and how it remains a cult item for horror enthusiasts and followers of Karloff and Lugosi. Ulmer fashioned a visually captivating film, in large measure as a result of the art deco sets, and even nice use of classical music.

Excellent review here!

Jaime Grijalba dijo...

Sam: I wish I could see it in the big screen myself. Thanks Sam!