La Hammer está haciendo su mejor trabajo a la hora de volver a echar a andar la máquina que nos dio clásicos como "Dracula" (1958) y tantas otras cintas de terror, ambientadas preciosamente en su mayor parte en épocas victorianas, con largos vestidos y trajes, elegantes locaciones y castillos, hermosos rostros y empolvados libreros que se llenaban de objetos tétricos y sugestivos para la mente de los espectadores. Sin embargo, dos elementos que son primordiales para la Hammer en su época de oro: la sangre y la sensualidad de las mujeres, todavía faltan por resurgir, pero no teman porque todavía recién estamos empezando y ya poco a poco nos iremos acercando a esa película que finalmente nos dirá: Ok, volvimos, y volveremos a ser la productora de terror más importante de nuestro tiempo. Pero, por mientras, tenemos esto, que aunque no marca todos los puntos, al menos tiene el tono correcto, y eso es algo que se agradece en estos días de saltos repentinos y poco horror.
Este remake o readaptación de un libro de terror clásico victoriano de fantasmas, funciona principalmente debido a la atmósfera que se le da a la película y gracias a las actuaciones que nos entregan los personajes principales. Rodeado todo por una extraña magia que parece sacada de Hogwarts (tal vez ayude el hecho que Daniel Radcliffe sea el protagonista), donde toda la película parece sacada del mundo de lo gris, con tonos grises en las pieles de los protagonistas, de los fantasmas, de los paisajes que caminan, de casi todo lo que se ve en pantalla, lo cual le da un tono ensoñador y onírico a todo el asunto, lo cual resulta perfecto a la hora de tratar de poner en escena una historia tan complicada (que en su versión original se contó en extendidas 3 horas) y envuelta en vericuetos y falsas pistas como es la historia de la dama de negro.
Aunque me equivoque a la hora de catalogar a la película como victoriana (es mas bien eduardiana), se siente como una de las clásicas películas de Hammer en cuanto a la calidad de su dirección de arte y de la capacidad de encuadrar justamente lo necesario a la hora de contar la historia, es decir, sin necesidad de ocultarnos nada por mucho tiempo, siendo frontales rápidamente sobre la naturaleza de los problemas que van a acaecer a nuestro protagonista: fantasmas vengativos asesinos de niños. El problema es la enorme cantidad de historias anexas que hacen conexión con la historia principal, pero que finalmente resultan demasiado obvias y que terminan por volver a la historia un tanto predecible en cuanto a su contexto y verdaderas razones/motivos detrás de los sustos. Aparte, luego de decir que la atmósfera es escalofriante, esta se arruina a veces por algunos sustos sorpresivos que arruinan por algún momento lo construído.
La historia es sobre un abogado, Radcliffe, que trata de vislumbrar y hacer sentido de un papeleo presente tras la muerte de la dueña de una mansión antigua donde dicen que un fantasma rodea. Sin embargo, nuestro académico personaje no tiene miedo y decide aventurarse, sólo para averiguar la verdad tras las oscuras muertes de niños y otras personas que han ocurrido a manos del fantasma de la dama de negro. Pese a tener muchas fallas de guión, la película tiene de las mejores direcciones de fotografía de lo que he visto en todo el año, unas actuaciones poderosas y decisiones de cámara y arte realmente ricas e inteligentes. La aventura polvorienta del abogado interpretado por Radcliffe se vuelve menos interesante y más tétrica a medida que avanza, asi que en ese sentido la película está bien equilibrada en muchos sentidos de la trama y lo que sucede en la misma.
Queda recomendada para los fanáticos de la Hammer, pronto tendremos a este estudio en la gloria.
8/10
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