Basado en uno de los cuentos más conocidos de H.P. Lovecraft, "The Whisperer in Darkness" (2011) es la segunda película/largometraje producido por la HPLHS (H.P. Lovecraft's Historial Society), siendo la primera la mundialmente reconocida "The Call of Cthuluh" (2005), grabada en el estilo de una película muda de los años 20. En esta ocasión, esta historia de horror, misterio y ciencia ficción ha sido grabada en el estilo de las seriales y películas de terror de la Universal de los años 30, estando en blanco y negro, con altos contrastes y tecnología primitiva para dar a lugar las texturas de las cintas de terror de su tiempo. Ahora, claramente no todo puede ser perfecto, porque hay cosas que una película de bajo presupuesto, como lo es esta, que no puede realizar al estilo de los años 30 (es increíble cómo el hacer las cosas al estilo antiguo está saliendo cada día más y más caro que hacerlo al estilo moderno... hablo específicamente de los efectos especiales), por ejemplo, cuando hablamos de las criaturas que aparecen en la trama, claramente estamos hablando de creaciones computarizadas, algo que no puede hacerse ver bien en una película que hasta entonces había estado tan clavada a la tierra en su estilo de los años 30.
Sin embargo, esta cinta es un claro buen ejemplo del futuro del cine. Es un presupuesto bajo para una película con su ambición, y aunque resulta claro que la necesidad de ahorrar lo más posible hace que la sección media de la película resulte poco atractiva visualmente (repetido constante de decorados y escenas interminables de diálogos sobre cosas que ya sabemos, con el fin de llenar una película de una hora y cuarenta y cinco minutos, cuando muy bien pudo haber durado hora y veinte), pero finalmente logran tener un producto que atrae y resulta satisfactorio para un nicho claro que saben que comprará y verá la película, la recomendará a sus amigos y así podrán lograr recaudar lo gastado y poder hacer una más. Es la forma en la cual lo está haciendo la HPLHS y lo está haciendo de la mejor manera posible, porque saben lo que los fanáticos de Lovecraft quieren ver y de lo que están cansados en las supuestas adaptaciones que salen de vez en cuando basadas en su obra. Lovecraft es un autor de culto, uno de los mejores escritores de terror y de la literatura mundial, simplemente por el hecho de narrar el terror de la mente humana en su más alto estado de perturbación, y de darnos la posibilidad de encontrarnos un libro que nos lleve más allá de la locura y de lo que podríamos comprender, con criaturas extraterrestres y todo el asunto.
Ahora, la historia trata sobre un hombre que intercambia cartas con un viejo investigador que ha sido testigo en un pequeño pueblo de Estados Unidos, que cosas extrañas pasan en un río que hay cerca, aparecen cadáveres de pequeños animales y se escuchan extrañas voces en el viento, como de rituales. Incluso ha podido sacar fotos a unas criaturas extrañas que merodean por ahí haciendo quizás qué cosas, pero que no pueden ser captados por los medios fílmicos tradicionales. Esta conversación sigue hasta que el hombre le pide que venga, al llegar se encuentra con este viejo investigador que ha estado muy enfermo y le cuenta al oído el inexplicable horror de la verdad: criaturas extradimensionales que intentan destruir a la humanidad a través de la fuerza mental que tienen, lo que les da el poder de introducir pensamientos y juicios en las mentes de las personas. Todo termina en un tercer acto digno de la mejor cinta blockbuster de gran presupuesto: revelaciones, extraterrestres, rituales, persecuciones, disparos, sangre, todo en el estilo de los años 30... salvo... los monstruos, claro está.
El final es lo único radicalmente distinto a la historia de Lovecraft... y realmente es enteramente distinto a cualquier cosa que Lovecraft llegara alguna vez a escribir... no que él no estuviera lleno de acción y emociones de vez en cuando, pero él era mucho más recatado en cuanto a la hora de mostrar los terrores y hacerlos tan patentes al lector de la historia, que se sentía con mucho más horror al pensar que todo seguía escondido, que todo pudo haber pasado y que en cualquier momento los grises pueden llegar y transformarnos en unas sombras de lo que antes éramos. Sin embargo, pese a ser el final así, mantiene el espíritu nihilista/pesimista de Lovecraft y a la vez, una continuidad con respecto a la historia que se estaba contando a lo largo de la película. A final de cuentas, vale la pena verla como un ejercicio de adaptación que funciona bien, pero que pudo ser mucho mejor.
8/10
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