jueves, 16 de agosto de 2012

100 Días de Terror - Nº24: Gokudô kyôfu dai-gekijô: Gozu (2003)

Confusión Yakuza, por Jaime Grijalba.
"Todo lo que diga a continuación será mentira" dice nuestro personaje yakuza principal antes de dirigirse públicamente al jefe de los yakuza para decirle que hay perros chihuahua adiestrados por el enemigo para matar y torturar a los suyos. Luego, nuestro yakuza protagonista ve a un perro de aquellos en la calle, lo toma de las manos de su dueña y lo empieza a azotar agresivamente contra la acera de la calle. La historia tras la producción de las películas de Takashi Miike siempre es muy nebulosa, principalmente por la razón de que realiza tantas y en tan poco tiempo en el que se producen, graban y se lanzan que resulta bastante desconocida la forma en que acepta trabajos y luego los graba dando siempre un producto interesante. Sin embargo, hay algo de información sobre esta película... lo que se sabe es que los productores querían realizar una serie de películas de yakuza de diversos directores y con distintos actores, y pagarían el precio de producción de la película y el sueldo del director mientras entregara un guión con elementos de tipo criminal, mafia y yakuzas disparándose entre ellos. Takashi Miike llega y pasa el guión más extraño de su carrera (estoy seguro de eso), que tiene una trama de venganza entre yakuzas y amor entre hermanos que han elegido ese camino y... bam, recibió el dinero para realizar uno de los filmes más bizarros de la historia del cine narrativo y que aún puede entenderse perfectamente.
Para muestra, algunos botones. Hay una escena en la cual interrogan a una inmigrante norteamericana sobre un lugar al cual tiene que ir nuestro yakuza protagonista, entonces notamos que habla japonés muy lento (AL-GO-A-SÍ-CO-MO-ES-TO), mirando siempre el techo y las paredes; extrañado, nuestro protagonista empieza a mirar en la misma dirección y ve escrito en las paredes todo el diálogo que está diciendo ella escrito fonéticamente. Otro elemento es el que le da el nombre a la película, Gozu, que significa vaca en japonés, la cual hace su aparición bajo la forma de un demonio increíble de cabeza de vaca y cuerpo humano, que babosea entero a nuestro protagonista antes de darle la revelación necesaria para que finalmente encuentre a su hermano.
Con una fotografía alucinante, perfecta, llena de contrastes, luces oscuras y oscuridades rojizas, tenemos ante nosotros una gran película en el nivel técnico, pero que tal vez sea demasiado rara para su propio bien. Hay unas escenas francamente ridículas que involucran al jefe de los yakuzas del cual nuestro protagonista se quiere vengar... y finalmente no muchas de las cosas quedan con explicación lógica, no que la necesiten, pero cuando explican un par de cosas uno espera una trama global que nos dé la razón detrás de todo esto que vimos, pero no lo recibimos. La recomiendo como quizás lo más raro que podrán ver dentro de una trama más o menos convencional. Una joya japonesa de Miike.
8/10

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