jueves, 6 de septiembre de 2012

100 Días de Terror - Nº 45: Paura nella città dei morti viventi (1980)

Vómito Vital, por Jaime Grijalba.
Fueron entretenidos y formativos esos días que acabamos de pasar ingresando e informándonos acerca de las películas dirigidas por James Isaac. Tal vez en el futuro me den las ganas suficientes como para hacer algún artículo exploratorio más profundo acerca del tema. Pero por mientras, en esos días pasados, tuve la oportunidad de asistir a una nueva Maratón Madhouse, de aquellas que ya forman parte de mi vida diaria como fanático del cine de terror. Lamentablemente, no me pude quedar todo el tiempo que hubiera querido, el ambiente estaba bueno, pero estaba completamente solo y nadie me acompañaba, algo que me pasaba por primera vez desde que empecé a ir a estas estupendas maratones. Entonces, me quedé solamente a ver esta película y luego "The Orphan Killer" (2011), cuando esa terminó, me di cuenta que era tan mala que me quitó el poco ánimo que me quedaba para seguir ahí sentado solo, aparte, me estaba dando hambre. Pero lo bueno de todo el asunto es que pude ver esta gran película de zombies/muertos vivientes/espíritus vengativos lovecraftianos llamada City of the Living Dead, y la disfruté enormemente con el grupo de personas que se encontraba en el subterráneo.
La película parte con una escena que ya nos anuncia el tono de la película: una pieza atmosférica, llena de niebla, tomas largas, zooms y movimientos de cámara no siempre muy limpios, misteriosa y horrorsa. Vemos un cementerio en la ciudad de Dunwich (por qué tomar elementos de H.P. Lovecraft para ilusionar a la gente con que tu película tendrá temas de Lovecraft y finalmente no hacer referencia ni remota a Nyarlathotep), por donde camina solitario un cura, demacrado y pálido, que se acerca a un árbol y finalmente se ahorca en él, mostrándonos sus increíbles y asustadizos ojos abrirse demoniacalmente. Al mismo tiempo en Nueva York somos asistentes a una sesión de espiritismo, donde una mujer grita que ve la ciudad de los muertos, tal cual como se describe en el libro de Enoch, y que ve lo mismo que acabamos de ver nosotros en Dunwich, pero ella además ve a los muertos salir de sus tumbas, entonces, la mujer en trance cae muerta al suelo, o eso creemos. Posteriormente un periodista la encontrará en su tumba, gritando para poder salir, en una secuencia que da miedo, pero que de alguna manera desespera por lo larga que es y el tiempo que toma en resolverse.
Pero de todas maneras Lucio Fulci lo que quiere no es lanzarnos a los zombies en la cara en los primeros minutos, sino que planifica adecuada y cuidadosamente todos los pasos para dar una base sólida a la presencia de los muertos vivos, pero claramente tiene que tenernos interesados por el camino, así que nos da señales de cómo los portales del infierno se van abriendo de a poco, mostrando vistazos a lo que pueden hacer estos seres venidos del infierno. La secuencia más memorable es cuando a una mujer, luego de mirar al cura muerto, empieza a llorar sangre por los ojos, y luego lentamente empieza a vomitar sangre, luego trozos de carne y finalmente todos sus órganos, es la escena de desangramiento y destripamiento más limpia, bella y asquerosa que he visto hasta ahora, y debo aplaudir a los que hicieron los efectos, una belleza de simpleza absoluta.
La música tiene algo del clásico "score" rockero italiano onda Goblin que tienen todas las cintas de terror italianas de los maestros, pero aquí resulta bastante acorde con las acciones que ocurren en escena y todos los elementos puestos, así como el color. Me encanta que el color en general fuera deslavado, algo que le daba un cierto estilo de mundanidad al asunto, aumentando el horror debido a que uno empieza a pensar que esto puede estar sucediendo en cualquier momento. La cinta no está privada de cierto humor, a veces explícito y otras veces a expensas de ciertas decisiones de dirección. Por ejemplo en una escena el periodista dice "es una larga historia" y cortamos a él en otro lado diciendo "bueno, esa es toda la historia", y no pudimos evitar todos los que estábamos en el subterráneo del bar reir a carcajadas por lo astuto y divertido que resultaba.
Finalmente la cinta puede resultar muy larga, pese a que dura menos de hora y media, pero es que hay ciertos momentos en que la lentitud de la cámara y los movimientos de los personajes puede resultar algo desesperante, mejor hubiera sido tener una excelente película de hora y cinco minutos que algo que pesa demasiado en su hora y media. Pero aún así hay maravillas técnicas, buenas actuaciones y gusanos come carne que atacan a los vivos. ¿Qué más podemos pedir?
8/10

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la vi hace mm como 10 años..quedé atónito..parece un video clip de terror de una hora y tanto. esos punteos de gitarra..yo creía que era david gilmour de pink floyd!! son idénticos..un remake de esta peli lo aceptaría, pero hecho a la europea, con un soundtrack casi igual y cero cgi.Podría hacerlo john carpenter con algun chalado italiano. Aunque Fulci es así"te gusta o te apesta" ..a mi me agrada.jejeje. rara vez un remake supera a la original. the thing de Carpenter lo hizo..creo .

Jaime Grijalba dijo...

Hola! Gracias por tu comentario.
No sé si hay que hacer un remake, menos si se ponen las restricciones que la película original ya tenía. Gracias de todos modos, la banda sonora es muy buena.