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sábado, 21 de enero de 2012

Salpicado de Sangre

por Jaime Grijalba.
"De verdad no puedo faltar a esto" me dije cuando revisé una vez más la programación de la Quinta Maratón de Cine Madhouse, sobre todo cuando aseguran que "The Legend of the 7 Golden Vampires" (1974) será mostrada, y pese a ser lo más lejano a una película favorita mía, sí es una película tremendamente entretenida y una que es necesario ver para poder creer cómo los vampiros se mezclan con el kung fu en una locación hongkonesa. Al diablo con mis amigos, no los iba a esperar, necesitaba ver eso en persona, aunque me sentara solo en un rincón. Ya habían pasado algunos minutos desde las 3 de la tarde, pero podría tomar una micro cerca de mi casa que me dejara, aunque sea cerca del bar donde todo iba a transcurrir. Tomo mi billetera, mis llaves y mi celular, me despido de mis padres y salgo de mi casa.
Misterio me había llamado minutos antes de que tomara la decisión, me había dicho que recién se estaba despertando, y que con Papi iban a juntarse para ir a la Maratón. Había decidido esperarlos, pero la sensación de estar perdiéndome algo hizo que me arrepintiera y en ese momento estuviera caminando en dirección al paradero de micro que queda a la vuelta de mi casa. El día está soleado y caluroso, lo cual me da esperanzas de la frescura de un interior donde se pasan películas y se pasa bien, así que no me preocupé demasiado. Llegar al paradero de micro era fácil, pero la dirección del bar donde el evento se estaba realizando (en Irarrázaval 1060) se encontraba en la oscuridad para mi mente... no confiar en los mapas es algo que me ha enseñado el tiempo en el que me he movilizado por mi cuenta en Santiago. Esperando la micro, a mi lado llega un rostro conocido y que no veía desde hace algunos meses: Carol Araya.
Nos conocemos de teatro y hace poco había actuado en un pequeño ejercicio para un ramo, justamente en mi casa, y me dijo apenas me vio que se estaba acordando que yo vivía por ahí. Nos saludamos y cuando íbamos a decir que estábamos haciendo por ahí, llegó la micro D03, me acerqué al paradero y me dijo que ella no tomaba la micro, así que se despidió de mí y yo me subí a la micro. No es que pensara que ella fuera a una maratón de cine violento y sangriento, pero en el fondo tal vez había una pequeña luz de esperanza: habría sido genial. Pero ya arriba de la micro poco queda que hacer, salvo estar tremendamente atento a las calles que se suceden, los giros y las vueltas.
Pero no pasan más de tres minutos para darme cuenta que ya tengo que bajarme. La calle que había dicho el mapa estaba frente a mí, pero yo dudaba. Mi vista ha ido empeorando con el tiempo y me encontraba a unos buenos veinte metros del cartel de la calle, por lo que tuve que forzar la vista mucho para poder vislumbrar una palabra que empezaba con "S" y se extendía por poco por el cartel, así que me bajé de un salto de la micro. Fue en ese momento en que me di cuenta de tres cosas: primero, hacía mucho calor, demasiado, estaba completamente empapado de sudor. Segundo, no había pagado la micro al subirme, me dio un poco de vergüenza, pues odio a los que saltan el pago del TranSantiago. Tercero, fácilmente podría haber caminado hasta este punto, pero me justifiqué personalmente diciendo que estaba "atrasado" y quería llegar lo más pronto posible. Sacudí mis hombros brevemente, la micro partió al lado mío y yo empecé a caminar, mirando los números de las tiendas completamente cerradas.
Hay algo poético en el caminar durante la hora de más calor del verano un día sábado por una calle que usualmente está siempre llena de gente comprando o simplemente paseando. Aparte de eso, estaba caminando en la vereda incorrecta, porque sólo habían números impares, y ya había cruzado la calle al otro lado, y al final de esa vereda no había otro cruce. Tampoco pasaban muchos autos, así que simplemente caminé al otro lado de la calle y empecé a buscar el número 1600. No lo vi, pero sí vi el único lugar abierto en muchas cuadras a la redonda, una puerta que daba a una escalera que subía a una oscura penumbra y sonidos de gritos y espadas: este era el lugar... pero no veía a nadie entrar o salir del lugar, y eso me dió mucho miedo.
Sabía que estaban dando las películas, las escuchaba afuera del local, pero no entré de inmediato. De hecho, esperé veinte minutos antes de entrar al bar. Lo que pasa es que yo me siento un ser que, de alguna manera, es puntual, pero eso no me ha causado muchas alegrías siempre, sobre todo cuando se ve lo que pasa en las reuniones sociales o cuando dices que te debes juntar en un lugar... sabemos que el chileno no es una persona puntual, así que muchas veces me he quedado solo, esperando, en un lugar vacío o con muy poca gente que no conozco. Ese miedo me tuvo afuera por mucho tiempo, esperando que alguien pasara, o con la vaga ilusión de que mis amigos aparecieran. Sin embargo, el ver que entraran dos parejas (hombre y mujer) al local, me dió las fuerzas necesarias para subir.
Se escuchaban golpes y gritos mientras subía las escaleras. Me detuve a la mitad porque arriba de todo la pareja que entró antes que yo estaba hablando con alguien y no me permitían subir. Esperé un par de minutos y ellos finalmente avanzaron. Cuando llegué al final de la escalera, me recibió un hombre corpulento pero no mucho más alto que yo, que usaba una polera negra manga corta. Me tomó la mano y me saludó, me dio la bienvenida y me pasó un ticket, dijo que era para un sorteo que se iba a hacer al final del evento, una caja de cerveza Rock, uno de los auspiciadores del evento. Le di las gracias y me giré para ver el lugar en el que estaba.
Era un bar, pero como después de una hecatombe zombie. Las sillas y las mesas estaban repartidas desordenadamente y la mayor parte de ellas estaban amontonadas contra la pared contraria a la cual se estaba proyectando la película. No había más de diez personas y las ventanas estaban completamente tapadas con carteles y cartones que mostraban los auspiciadores. Junto a la escalera de entrada había una pequeña vitrina con DVDs y Blurays a la venta de parte de los organizadores. La barra era preciosa, completamente de madera y con un diverso número de bebidas dispuestas para servir. Y junto a la barra, un pequeño puesto de Cerveza Rock. El ambiente se llenaba con el audio de la película que se estaba proyectando y las quedas risas de los asistentes, que no eran más de diez en esta parte. Decidido, me senté solo en una silla que se encontraba junto al proyector y al lado de la escalera que bajaba al "sótano" del bar, donde se estaba dando otra película, y a veces el sonido se mezclaba, pero pese a todo pude disfrutar de más de la mitad de "The Legend of the 7 Golden Vampires" (1974).



Unos minutos antes que terminara la película, se me acercó el mismo hombre que antes y me pidió la mitad de mi boleto, pues me lo había pasado entero y no tendría un respaldo para la hora del sorteo. Le paso la mitad del boleto y sigo mirando la película.
Cuando la película termina, me levanto. Los organizadores salen al frente y anuncian que van a dar un cortometraje. Sé que en el subterráneo van a dar "Repo Man" (1984) dentro de pocos momentos, pero también supongo que mis amigos están por llegar. Los llamo por teléfono mientras anuncian el título del cortometraje que van a dar. Misterio y Papi están en camino, ya están por llegar, y me piden que les guarde un puesto donde sea que vayamos a estar. Corto y bajo las escaleras a la oscuridad, me agarro de los barrotes hasta que noto el reflejo de una luz verde que ilumina el sótano, un lugar donde hay varias mesas vacías y sillas, así como pocas personas mirando lo que se está proyectando en la pantalla: un hombre vestido de doctor y una mujer completamente desnuda cubierta de sangre. Camino lentamente y me siento en una silla a la oscuridad y veo que la mujer desnuda y cubierta de sangre está haciéndole un fellatio al científico.

"Re-Penetrator" (2004), de cuya existencia me había olvidado en la programación, era el cortometraje que estaban dando y yo lo estaba viendo. Era porno y poco más, la vi mientras revisaba facebook y twitter en mi celular. Ver porno en grupo, como dije en twitter, debe ser algo catártico para algunas personas, pero para mí resultaba tremendamente incómodo, pensar en las cosas que pasaban en la mente de las cinco personas que estaban conmigo en el subterráneo, entre las cuales se contaba una mujer, que miraba constantemente al suelo mientras la película seguía su monótona, aunque evidentemente original, rutina.
Terminó el cortometraje y encendieron las luces. Los cabros de "Cinema Cuneta", un sitio web con pocas aspiraciones, pero muchas ganas de hablar de cine, dieron las gracias por venir y dieron las gracias a "Horror Fucktory" por el cortometraje que mostraron. Anunciaron que iban a dar "Repo Man" (1984), la película que yo más esperaba, y mis amigos aún no venían. Rápidamente los llamé y me dijeron que estaban a punto de tomar la micro que los llevaría acá. Me paré de mi silla, a riesgo de poder perder la mesa, y subí las escaleras nuevamente, no sin antes escuchar a mis espaldas el sonido del inicio de la película. Arriba habían unas veinte personas mirando otra película, una de zombies por lo que escuché, y bajé las escaleras que me llevaban al calor de la calle.
Estaba aún más caluroso que antes, si es que eso era posible. El ambiente se sentía más "lleno", de alguna manera. Más personas esperaban en el paradero de micros que estaba junto al bar y harta gente que yo había visto tanto en el salón principal como en el subterráneo, fumando un cigarro o simplemente estirando las piernas. Yo estaba atento a la mayor cantidad de micros que pasaban, pues estaba seguro que llegarían en cosa de pocos minutos. En un momento, después de unos cinco minutos, decido mirar en la dirección contraria y por la vereda donde yo me encontraba, a unos cuantos metros caminaban en mi dirección Misterio y Papi, mis dos amigos, que venían a educarse y a entretenerse. Los abracé y saludé con mucha fuerza, pese a que ya los había visto el día de ayer (y el mismo día en la mañana), pero nunca hace falta demostrar un poco de cariño a las personas a las cuales le tienes afecto.
Papi me anunció que tenía tiempo para ver una sola película y me dijo que viéramos una buena. Yo me sonreí y les dije que me siguieran, que les tenía una mesa esperando. Subimos las escaleras de entrada y ellos dos fueron interceptados por el mismo hombre que me interceptó a mí cuando entré. Les entregó los boletos para el sorteo (ahora bien cortados) y luego bajamos las escaleras que nos llevaron al sótano. Nos sentamos en una silla que quedaba cerca de la pared donde se estaba proyectando la película y nos pusimos a verla y comentarla. Creo que no había pasado un mejor tiempo viendo una película que con esa en mucho tiempo. Ellos pidieron cervezas y conversábamos mientras la película iba por sus derroteros. "Repo Man" (1984) fue mi favorita de ese día.

La película terminó y encendieron las luces. Los chicos de Cinema Cuneta pasaron adelante diciendo que iban a hacer un concurso y que el premio iba a hacer un shop de cerveza Rock... algo de lo cual no iba a ser muy fanático. La pregunta iba a ser sobre cine, y aunque no estaba muy entusiasmado por el premio, presté atención. La pregunta fue cómo se llamaba el demonio que poseía a Regan en "The Exorcist" (1973), primero miré atrás mío y al ver que nadie decía nada, yo la levanté y me apuntaron. Dije "Pazuzu" y todos me aplaudieron, me reí un poco cuando me hicieron pasar adelante y tuve que mirar a una cámara y saludar y decir "Pazuzu" nuevamente, me gané un shop y todo, tenía que ir a buscarlo arriba, justo cuando iban a poner la siguiente película, presentada por Horror Fucktory, y esta era "La bimba di Satana" (1982), sobre una muerta no tan muerta y su influencia sexual sobre los vivos. Le pedí a Misterio que me acompañara arriba y dejamos a Papi sentado guardando el puesto, pues de todas formas tenía que irse pronto.



Subí las escaleras conversando con Misterio, contándole cómo siempre me acuerdo de Pazuzu por la serie Futurama y cómo llamaba el Doctor Farnsworth a su gárgola, de hecho me puse a imitar al doctor. Misterio sólo sonreía. Me acerqué al stand de cerveza Rock y el tipo de Cinema Cuneta se me acercó y le dijo a la tipa que estaba a cargo que me había ganado un shop. Me preguntó por el sabor de la cerveza, yo simplemente me dirigí a Misterio, que fue quien eligió, y así nos sirvieron un vaso plástico con una cerveza negra y de olor penetrante. Bajamos la escalera para encontrarnos con el final de una escena lésbica, algo que se iría a repetir en esta versión Hardcore de una cinta italiana de terror con muertos, sangre y muchos fellatio.



En un momento de la película, el proyector dejó de funcionar, y Papi aprovechó esto para irse del lugar, después de abrazarnos fuertemente y despedirnos. Misterio y yo nos quedamos viendo la película, de la cual nos burlábamos por sus constantes escenas de sexo, así como su estruendosa música. En el intertanto, esperaba a que llegara otro amigo, Don Pato Gajardo, un compañero de la Universidad que tiene más edad que yo pero que va en un año anterior al mío, cosas de la vida supongo. Me había contactado con él vía Facebook a través de mi celular que tiene internet incorporado y con el cual había estado jugando durante toda la tarde mientras veía la película.
Terminó la película e hicieron otro concurso, del cual yo me abstuve porque pensé que sería injusto seguir ganando cosas que no voy a estar tomando y que puede disfrutar otra persona con más ganas de tomar cerveza que yo. De todos modos me sabía la respuesta, pero no la dije. En eso mostraron un horrible cortometraje español de un doctor que terminaba matando gente... no me acuerdo ni del título de lo malo que era. Lo que pasó es que luego pusieron "Fear(s) of the Dark" (2007), una película francesa de animación que trata sobre los distintos miedos que existen, a través de diversos cortos de diversos directores, en su mayoría primerizos en este mundo de la animación, al menos al parecer. Mientras la película llevaba veinte minutos, llegó Pato Gajardo, al cual presenté a Misterio (y viceversa) y seguimos viendo la película, la cual como todo compilado, tuvo altos y bajos en toda su extensión.



Apenas terminó la película, vino Cinema Cuneta e hizo otro concurso y avisaron que iban a grabar a la gente para su sitio y su nueva edición, y a los primeros que interrogaron fueron a nosotros: Misterio, Pato y yo. Respondimos con lo que se nos ocurrió y salimos rápido del trámite, una versión bastante disminuida de la entrevista la pueden ver en el mismo video que puse arriba. Lo que pusieron después no tenía nombre, era otro corto español de efectos y filmaciones horribles, pero sin ningún encanto. Nos dedicamos a conversar y esperar lo que nos habían anunciado: un show especial y de alguna manera... provocador. Ya habíamos visto a una chica inusualmente flaca y con un traje de escolar... y nos quedamos claros con la calaña de show que iban a presentar.
Una serie de imágenes religiosas llenaron la pantalla, una música sacrosanta empezó a sonar y un hombre vestido de cura (de manera muy floja) entró al escenario y empezó a rezar (el escenario siendo el suelo frente a nuestra mesa en el subterráneo, así que estábamos en una posición privilegiada para disfrutar de lo que fuera que viniera). Y muy cerca de nosotros entró la niña que antes habíamos visto: rubia y con coletas, vestida de manera muy sexy como colegiala e inusualmente flaca (como repitió muchas veces Misterio). Obviamente ella sedujo al cura (jaja, una colegiala seduciendo a un cura, ahora lo entiendo qué original... no). Y así ella fácilmente despojó a este hombre de su vestimenta superior, dejándolo expuesto a su boca y sus manos, mientras ella se sacaba sus prendas quedando sólo en una ropa interior negra de un material plástico, lo cual la hacía parecer una dominatrix. Así es como ella sacó un cuchillo y con él le hizo un "corte" al hombre en el cuello, saltando sangre falsa por el suelo y todo su cuerpo. La gente gritaba y ahora sonaba un pesado rock&roll con tintes góticos y de growl. Ella empezó a dominar al hombre, saltando más y más sangre, acercándose más y más a nuestra mesa.
Pese a que Pato después dijera que era el show más penca dada las posibilidades... la sangre falsa en mi brazo con la última salpicadura fue todo lo que necesité para llamar a ese día un excelente día.

miércoles, 1 de junio de 2011

Miércoles de Cuentos: "¡Santa cachucha!: Así fue la Comic Con"

No un cuento, sino una crónica/reportaje sobre la Comic Con Chile. La pueden leer en este link para Kilómetro Cero, acá.
Saqué muchas fotos, y espero algún día pronto, hacer una más personal y con hartas fotos.

Noticias de "The Girl with the Dragon Tattoo" (2011) #2

Ahora, legalmente, después de bajar el trailer que fue colgado a la web, ahora hay uno verde (menos sangre y menos desnudos) y que se puede ver más claro. Disfrute.

martes, 7 de septiembre de 2010

Una noche de Vampiros y Zombies

Mi noche como un Toreador, por Jaime Grijalba
Mi hermano estaciona el auto, mientras yo apago y saco la radio. Está bastante iluminada la calle y el estacionamiento para ser medianoche, pero después de todo, tiene que estarlo, pero igual no sabemos cuánta gente va a venir. Salimos del auto y caminamos en dirección a la Facultad de Ing(j)eniería de la Universidad de Chile, más conocida como Beauchef, pero en esta noche como Ñoñef.
Hace frío y yo lo expreso con mis típicos tics y movimientos: caminar rápido, lanzar bufidos agudos, lanzar vapor por la boca, lanzar silbidos ahogados, tiritar mis brazos y cuerpo, etcétera. La entrada a la facultad está rodeada por un patio que a su vez está rodeado por puertas enrejadas, que al parecer están todas cerradas. Pero al acercarnos un poco más vemos a alguien asomado, un joven de pelo largo negro y con un polerón estampado con alguna banda que no conozco. Nos deja pasar, pero inmediatamente nos pregunta si somos masters... por alguna razón nos miramos con mi hermano y decimos No al unísono.
Subimos las escaleras rápido que nos lleva adentro de la facultad, mi hermano quiere seguir hacia adentro, pero lo detengo de inmediato, pues no vio el cartel hecho con una hoja de papel y plumón negro que tiene dibujado una flecha que apunta a la derecha. Doblamos y pasamos por una puerta abierta a una estancia iluminada. Ahí un pendón anuncia que el evento es organizado por el Cri, Club de Rol de Injeniería, y que el evento es el Concilio Nocturno IX.
Hay un mesón que tiene a dos personas sentadas detrás, encima hay carteles con frases como "Donación de Cerebros acá". Pagamos $1000 cada uno y nos dan nuestras entradas, nos hacen pasar por otra puerta que está abierta. Bloqueando nuestra pasada hay tres mesas con personas, otro cartel anuncia "Déjenos ver sus órganos pertenencias". Una de las personas que se encuentra detrás de las mesas se para al vernos, tiene el pelo largo y castaño, así como un cartel escrito con una larga frase en inglés que no alcanzo a leer antes que nos pregunte si llevamos algo de alcohol, armas cortopunzantes o de fuego, negamos con la cabeza, se ríen y nos dicen que pasemos por el lado.
El hall en el cual acabamos de entrar era sobrio, pero no por eso dejaba de ser impresionante. El techo era alto y las columnas con un toque antiguo increíble que le daba una atmósfera especial al evento que se desarrollaba entre sus paredes: luchas, magia, dados rodando, ataques, conversaciones, infiltraciones, traiciones, hordas sangrientas, invocaciones... todo lo que a uno se le ocurra podría estar ocurriendo en las mentes de los masters y los jugadores que se ven enfrascados en estas partidas de rol de diversos tipos.
Alrededor de nosotros conversaban distintas personas entre ellas, todos adultos y, por alguna razón, muchas mujeres. Por alguna razón atribuible a mi inexperiencia en las lides del Rol, pensé que esta actividad No atraía a las mujeres, menos a mujeres que estuvieran dispuestas a disfrazarse, menos a mujeres que estuvieran dispuestas a disfrazarse de las plantas de Plants vs. Zombies, menos a mujeres que estuvieran dispuestas a disfrazarse de maids típicas de manga japonés... pero me desvío del tema.
Nos acercamos a la mesa que dice "Inscripciones" y yo miro extasiado la pizarra mientras tomo el libro que había traído, "El Verdugo Eléctrico" de H.P. Lovecraft, que hay una partida disponible de "La Llamada de Cthuluh". Cuando es nuestro turno de inscribirnos (dejando a nuestro lado a las chicas vestidas de las plantas de "Plants vs. Zombies"), veo que borran la pizarra donde estaba la partida de Cthuluh. Pregunto de inmediato qué pasó, por qué lo borran, uno de los tipos que está delante de la pizarra con los otras partidas por empezar dice que esa mesa se ha llenado.
Fuck! es lo único que se viene a mi mente. Me alejo y empiezo a caminar hacia las salas, dentro de las cuales puedo ver a personas que ya están jugando felices, con sus hojas de personaje llenas, escuchando embelesados a los masters que cuentan las aventuras que han vivido y revivido en sus sueños y que han esperado hasta hoy para poder liberar. Mi hermano me sigue y me dice que juguemos algo, que ya hemos pagado. Le digo que quiero ir al baño.
El baño de hombres está completamente oscuro, no se ve absolutamente nada. Mi hermano me dice que en el segundo piso hay otro baño, que seguro que ese estaba iluminado. Caminamos hacia las escaleras en espiral y las empezamos a subir. No hay luz acá tampoco, la escasa visibilidad hace del camino toda una proeza heróica, como las que queríamos llevar a cabo, pero no podíamos porque no sabíamos jugar otro juego que "Cthuluh".
Entramos al baño, hice lo que tenía que hacer y salí. Miré hacia abajo por la entrada que daba al hall donde habíamos entrado, la pizarra seguía tal como antes. Detrás mío había dos salas más donde se desarrollaban partidas emocionantes y llenas de luchas, monstruos y magia, cosas inaccesibles para nosotros si es que no se sabe jugar el rol específico que ellos están jugando. Mi hermano salió del baño y se puso a mi lado, me dijo que bajáramos a ver qué onda, buscar o simplemente esperar a que aparezca otro master.
Bajamos nuevamente por la oscura escalera de caracol, llegando al hall, donde vimos a más personas, distintas, y un par disfrazado de zombies. Mi hermano avanzaba hacia la pizarra mientras a mi me atrajo una sala multimedia que tenía las luces prendidas, llegué a pensar que si mostraban películas eso podía hacer mientras esperabamos que llegara una nueva partida. Pero no alcancé ni a asomarme, mi hermano vino desde atrás y me dijo que había un juego disponible, para cualquier tipo de jugador, de "Vampiro".
No era extraño a ese juego de rol, había leído algunas campañas en internet hace mucho tiempo, cuando de verdad estaba obsesionado con jugar algo pero no sabía jugar ninguno. No tenía ideas específicas sobre cómo se jugaba, pero sabía que era con dados, lo cual es agradable. Los problemas eran seguramente las clases de vampiros o si se podía jugar con otra cosa que no fueran vampiros. He ahí mi ignorancia con todo su esplendor.
Nos acercamos a la pizarra y pedimos entrar al juego, nos pidieron las entradas, en las cuales escribieron el nombre de la sala y la mesa donde se iba a realizar el juego. La sala era la 25-S, en el segundo piso del cual acabamos de bajar, y la mesa la F. Con cierto ánimo encontrado de algún lugar dentro de mi timidez ante la posibilidad de jugar un juego de rol con personas que no conocía (algo que nunca había hecho).
El juego empezaba a las 11:50 y quedaban al menos unos 15 minutos. Subimos las escaleras en espiral, mientras un hombre de más de 30 años vestido de negro y bastante corpulento, nos comentaba acerca de lo oscuro que estaba, de la posibilidad de que apareciera un zombie y una que otra cosa. Típico friki... aunque no tengo por qué reclamar, también lo soy, todos lo somos de alguna manera.
Llegamos arriba y esperamos a que dieran la hora. Miramos dentro de nuestra sala y vimos nuestra mesa completamente vacía, así que lo único que nos quedaba era esperar a que la gente llegara y empezara a la hora, si era así, la posibilidad de encontrar una partida de Cthuluh después era exponencial.
Dan las 23:50, nos damos vuelta y nos dirigimos hacia la sala 25-S. A lo lejos puedo ver que la mesa F está vacía, me detengo en la entrada y veo a las otras personas jugar mientras mi hermano avanza hacia la mesa. No me gusta esperar, pero inmediatamente mi hermano me dice que venga, está en una mesa, la H, junto a una mujer de cabello castaño y con algunos libros sobre la mesa, parece sonreir, pero no estoy muy seguro. También sentandose en la mesa está el tipo que nos había hablado en la escalera, ahora veo que usa una espesa barba. Cuando me acerco la master, la mujer del pelo castaño, me dice que me siente, lo hago al lado de mi hermano.
Ella pregunta a mí y a mi hermano si hemos jugado antes "Vampiro", nuevamente nos miramos por alguna razón y respondemos que no. Ella como que suspira para sus adentros y luego inquiere si hemos jugado alguna vez en nuestra vida rol, a lo cual yo respondo sí muy rápidamente, mientras mi hermano lo asegura luego de mirarme un segundo. El tipo que se sienta al otro lado de la mesa nos mira riéndose para sí mientras la master nos asegura que "Vampiro" es "rol for dummies", mi hermano parece relajarse un poco mientras la master nos pasa nuestras hojas de personaje vacías.
Claro que había jugado rol antes, es decir, mi hermano fue mi master cuando jugamos "La Llamada de Cthuluh", me leí buena parte del manual (que quería releer antes de venir, pero no pude encontrar) y en el Instituto Nacional tuve la oportunidad de jugar roles extensos, claro que no me acuerdo de sus nombres, aparte de ser bastante genéricos (creo que uno fue "Final Fantasy", pero no me acuerdo). Sobre mi hermano tengo pocas memorias sobre él jugando rol, tal vez lo haya hecho en el Instituto, pero lo recuerdo mas bien como un master... tal vez inexperto, pero el único en el cual podía confiar. Los masters son criaturas inaccesibles, pervertidas y demoníacas, es bueno tener uno en la familia, a uno le da cercanía al juego y ganas de jugar con otra gente.
La master empieza a explicar rápidamente las clases de vampiros con las cuales se puede jugar (salvo una que no le gusta y otra que le dió lata explicar, pues "nadie juega con ellos"), las cuales no explicaré acá, pues se puede leer eso en otras partes. Sin embargo, apenas los nombró, me sentí atraído por la rama de los Toreadores (nombre en español e inglés), que son o fueron artistas cuando humanos, y ahora se sienten obsesionados con el arte y la belleza, son los más humanos de los vampiros y tienden a vivir vidas lo más cercano posibles a la humana, incluso llegando a enamorarse de alguna humana incauta.
Cuando preguntó qué clase me interesaba, no dudé en decir "Toreador" de inmediato, me miró un segundo y luego miró a mi hermano para preguntarle su facción. En el intertanto llegaron dos jugadores más, una mujer con el pelo rubio rojizo y que usaba lentes, y un tipo con el pelo oscuro y muy corto, que también usaba lentes, pero que conocía a la master (de hecho, cada cierto tiempo, la gente se saludaba entre ellas entre las mesas, lo cual es bastante agradable, da una especie de concordia a todo el concilio). A última hora llegó un hombre de cabello negro y tez oscura, que también usaba lentes, y que llegó a "pechar mesa", pues no había nada más disponible. Eramos una multitud ya formada y estábamos decidiendo nuestras clases, habilidades y puntos a distribuir en las habilidades base (todo esto después de la advertencia del master de que "mientras más puntos mejor, no los distribuyan aleatoriamente en muchos con poco").
Mientras todos distribuimos nuestros puntos, nos dicen nuestras habilidades, anotamos distintas cosas en nuestras pequeñas fichas de personaje, hablábamos entre todos sobre distintas cosas, principalmente mediadas. Comics, películas, series, novelas, cuentos, autores, dibujantes, teleseries, la posibilidad de la invasión zombie... todos temas de los cuales puedo conversar libre y fácilmente, siento que el conocimiento me fluye y las palabras se deslizan fáciles por mi lengua cuando puedo hablar sobre temas que me alegran y me resultan simples de razonar. Puede resultar muy freak, pero me sentí bien. Uno de ellos vendía un libro de arte de la película "Cómo Entrenar a tu Dragón", pues su hermano se había equivocado con la orden Amazon y había pedido dos. Qué decir que se veía increíble.
Luego de que revisara nuestras hojas y preguntara los nombres de nuestros personajes, la master va preguntándonos a todos cuál es la historia/biografía de nuestro personaje y por qué estaban en Chile. Escuchaba las elaboradas historias creadas por los expertos que me rodeaban mientras yo simplemente tenía una cosa muy simple: mi nombre era William y era un director estadounidense muy famoso cuando estaba vivo, hasta que me convirtieron en vampiro, ahora sigo creando para cine como productor y director, encontrándome ahora filmando en Chile. Hasta mi hermano creó una historia más elaborada, que incluía revoluciones francesas y decapitaciones.
Antes de que empezáramos a jugar, entró a la sala donde estaba nuestra mesa y pidió silencio. Cuando sólo quedaban algunos murmullos, empezó a hablar, diciendo que no se permitía comer ni beber (un par de personas quitaron sus bebidas de la mesa) y que posiblemente iban a cortar la luz de un momento a otro y que iba a volver, pero para que la gente no se alarmara, estaba avisando. Se fue y su presagio no fue cumplido durante el tiempo en el que estuve dentro.
La master me mira un instante y empieza a hablar, dice que el juego va a empezar y va a empezar conmigo. No sé qué cara habré puesto, porque ella sonrió antes de seguir, explicó que yo estaba en Santiago, cerca del Apumanque, donde yo sabía que se encontraba una mansión increíble en la cual yo "tenís que filmar, estás obsesionado con ella", pero me explica que está rodeada por guardias con metralleta, humanos al parecer. Luego empieza a explicar uno a uno la situación en que se encuentran al llegar o estar en Santiago, dependiendo de su biografía.
Finalmente vuelve a mi. Me dice que estoy al lado del edificio con los guardias y toda la cosa. Me pregunta qué quiero hacer, le digo que quiero saber quién es el dueño de la casa, a lo cual me pregunta cómo es que quiero averiguarlo. Miro un segundo a mi alrededor y murmullo un "eh" a mis adentros, finalmente digo "internet". La master dice que saco mi iphone y empiezo a investigar, ella dice que leo que la casa fue de tortura durante la dictadura de Pinochet y que ha tenido múltiples dueños hasta hoy y que creen que se encuentra embrujada...
...la master me da 3 puntos de experiencia a mi y a mi hermano y se para de su silla, todos hacemos lo mismo casi al unísono, nos decimos adiós con las manos y con mi hermano bajamos las escaleras en espiral, en total oscuridad, son las 4:30 am y hemos estado jugando desde al menos la medianoche.
No creo que sea necesario contarles ahora cómo fue el juego, eso tal vez lo deje para un cuento, sólo les quería mostrar cómo me sentí esa noche/madrugada en la cual jugué por primera vez Rol en serio.