martes, 11 de enero de 2011

Sam's Flick Picks #3 - Bakushû (1951)

Early Summer es la cuarta película que veo del director japonés Yasujiro Ozu y, hasta ahora, es la mejor de las películas que he visto en esta sección que apenas lleva tres encarnaciones. Ozu es considerado uno de los mejores directores de la historia del cine, uno de los auteurs más importantes del cine japonés y simplemente un imprescindible para cualquiera que quiera saber algo de cine (al menos, ver una de las películas de él, si es que terminan por aburrirte, lo cual probablemente hagan si es que no eres cuidadoso).
Esta película me hizo entender definitivamente que Ozu tiene un estilo particular que replica en la mayor parte de sus filmes, tanto en lo visual (el orden y el estilo de cada una de las tomas) y los temas que toca (la familia, Japón y el advenimiento de lo moderno frente a lo tradicional), esta película en específico habla sobre una familia en la cual la hija del patriarca (Noriko) tiene 28 años y se cree que ya es hora de casarla.

De alguna manera, esta película es similar a la última obra de Ozu, "Sanma no aji" (1962), de la cual hice un comentario breve hace poco tiempo, con la hija del patriarca que debe casarse debido a su "avanzada" edad. La reiteración del tópico del matrimonio de la hija podría indicar alguna suerte de conservadurismo por parte de Ozu, pero creo que lo que realiza acá es un comentario social fuerte acerca de la sociedad japonesa de su tiempo, que sigue viviendo con tradiciones consideradas más aceptables en Edad Media, aparte de demostrar un escaso avance en 11 años de historia (casi una generación completa).
Los momentos que hacen de esta película una delicia, aparte de la perfección de cada uno de los planos y la bella composición de las escenas, así como los diálogos perfectamente escritos, son los pequeños detalles que le dan profundidad a todo el conjunto, como es el caso de la visita del tío (el hermano del patriarca, uno de los personajes más anecdóticos pero a la vez inolvidables), los niños que juegan alrededor del Buda gigante, la obra de teatro, las incontables visitas al bar, la conversación sobre los desaparecidos de la segunda guerra mundial, las miradas y risas de las dos solteras, el paseo a la playa, la desaparición de los niños(tanto de la familia como de la película), la foto cerca del final, un devastador pero igualmente reformista final.
Esta obra resulta tener tantos elementos destacables, partiendo y terminando con todas las actuaciones de la película, que parecen venir como anillo al dedo, que merece una segunda mirada para digerirlo todo, sobre todo la emotiva escena en la cual Noriko acepta ser la esposa de un amigo de la juventud, cuya esposa murió hace dos años y que ya tiene una hija, movimiento que no vuelve muy feliz a su hermano ni patriarca.
Finalmente, se puede decir que la película viene a ser una versión/perspectiva más joven acerca del mismo problema que se presenta en An Autumn Afternoon, pero desde la perspectiva principal del hermano más que la del patriarca que quiere casarla bien. Una perspectiva original y fresca, que demuestra algunos temas más profundos acerca de las relaciones familiares de los japoneses que ninguna otra cosa.
La edición que tengo gracias a Sam es, nuevamente, una Criterion, que tiene una calidad excepcional, además de un corto documental donde tres colaboradores de Ozu hablan sobre sus métodos tras la cámara (que me dió algunos spoilers y por eso no pude terminar) y un comentario que escuché hasta la mitad mientras escribí esta crítica.
9/10

1 comentario:

Sam Juliano dijo...

Ah, Jaime, you have really penned a terrific review here! Again, I thank you for your acknowledgement, though you are being much too kind! Yes, you are right to draw some comparisons here with AN AUTUMN AFTERNOON, and you do a fantastic job discussing Ozu's claim to cinematic greatness. Among Ozu's works, this certainly would rank among the most accomplished.