martes, 1 de febrero de 2011

Sam's Flick Picks #6 - Tôkyô monogatari (1953)

Juro que el proceso que hizo que Tokyo Story fuera la película que me tocó ver para esta semana fue completamente al azar y lo digo porque pareciera que Sam sólo me hubiera mandado películas de Yasujiro Ozu, cosa que no es cierta (pero con la cual tampoco hubiera estado triste), pero pareciera ser que el destino me regalara con lo mejor de la obra de este director japonés que en verdad no ha decepcionado en ningún momento y, lo mejor, ahora con un giro en cuanto a las variaciones de tramas que hemos visto en las películas anteriores.
En esta ocasión, la trama se centra en un padre y una madre, ya viejos, que deciden viajar a Tokyo a visitar a sus hijos que están trabajando en sus carreras, ya sea como doctores o estetas, así como a la esposa de uno de sus hijos que murió en la guerra. Esta visita, pese a estar planificada, pareciera molestar a los hijos, que pasan por diversos problemas para poder estar y andar con ellos, que es el fin de la visita, solamente Noriko (la esposa del hijo muerto (debería haber un record sobre una actriz interpretando personajes con el mismo nombre)) parece dispuesta a gastar parte de su tiempo por ellos.

Mientras que se mantiene la maestría técnica de Ozu y la calidad a la que uno ya está acostumbrado, asombra la "libertad" que se toma con respecto a los escenarios (mucho más abiertos, libres y variados), lo mismo con la edición y saltos temporales, lo mismo que la variedad de nuevos temas que se tocan, en vez de empezar a tocar la misma melodía de siempre, y eso me provocó cierta frescura en todo el conjunto, pese a que la encontré un tanto larga (finalmente los eventos que suceden son pocos y no entiendo cómo pudo durar dos horas y dieciséis minutos). Entre los nuevos temas se puede contar el tema de la vida de la tercera edad, así como cuando los padres no están orgullosos completamente sobre el destino que han tenido sus hijos, sobre el estar contento y a la vez decepcionado de la vida que viene a continuación, viene a ser así de las cintas más pesimistas del director.

Mientras veía la película sentí que Ozu, a cambio de veces anteriores, quería de verdad representar cómo era la vida, no la japonesa, no la de la vejez, sino la vida misma, cómo es que somos rechazados por las circunstancias, nos movemos de un lugar a otro, somos unos náufragos del mundo y no tenemos una roca sobre la cual asirnos en el momento crucial en que nos estamos ahogando. La visión de esa pareja en vejez junta y amándose me produjo una sonrisa renconfortante, la vida está hecha para estar en pareja, y cuando esa persona ya no está hay que aprender a caminar una vez más. Tal vez me esté poniendo muy filosófico o meditabundo, pero fue lo que sentí al ver la película y de verdad encuentro que es de las mejores que he visto de este director japonés.

La copia que me mandó Sam es simplemente inmejorable, un Criterion que tiene un comentario de un experto el cual no pude escuchar para esta ocasión, pero que haré en el futuro. De verdad que recomiendo esta película para toda persona que se haga llamar fanático del cine, es imprescindible y no los va a dejar impávidos.
9/10

1 comentario:

Sam Juliano dijo...

This is quite a magnificent review Jaimie, of a film that I rate among the greatest in the history of the cinema. No other Ozu film moves quite as piercingly, and the themes explored here are universal. There's so much more I can say I guess, but I'll save it for my own round-up. Again I am exceedingly flattered at your too-kind acknowledgement.