d Ignacio Zégers
Esta es una crítica especial. porque no es una película que haya recibido un lanzamiento comercial amplio, como ha sido el caso de todas las películas criticadas recientemente, pero la cinta merece un tratamiento especial, principalmente por la polémica que ha causado desde el día de su estreno en el homenaje realizado al torturador y dictador Augusto Pinochet, y por muchas otras, como su supuesto premio al "Mejor Documental del 2012" en un festival internacional de Miami, o simplemente por su repentina aparición en diversas plataformas online, tal vez como forma de hacer conocido el mensaje importante que según los creadores y productores es necesario llevar al público común y corriente. Sin hacer una apreciación crítica de inmediato, debo decir que al menos lograron eso: hacer conocido su punto a todo el mundo.
Entrando al documental en sí, alejándonos en parte de la controversia y de todo el asunto sobre el lanzamiento de este documental, hay que decir que no hace falta más que ver los primeros cinco minutos de este documental para darnos cuenta de que vamos a tener un mal rato y una vergüenza a la que ser testigos: una completa ineptitud audiovisual en todo sentido de montaje, fotografía, actuación y encuadre. No puedes empezar un documental con la peor escena de tu película, con una ficcionalización de una familia que sale de vacaciones con un abuelo pinochetista y que decide decirle a sus nietos la verdadera historia de Chile, ya que todo este tiempo hemos sido mentidos por la prensa, la concertación y otras fuerzas oscuras, que claramente son controladas por la derecha, pero que finalmente no vamos a hacer caso a estas acusaciones porque si lo hacemos, el documental se nos viene abajo. Y no es necesario, pues el documental se viene abajo solo gracias a la descripción infantil, incorrecta y fascistoide de los conceptos "capitalismo" y "comunismo", dados a conocer de manera casi pedagógica para los jóvenes por parte del abuelo pinochetista. También somos testigos de la conversión al fascismo más rápida de la historia, con niños high que se vuelven tristes por el destino de su general Pinochet en pocos minutos de perorata retrógada.
Pero basta de esa avergonzante primera sección, el documental se divide en diversos momentos de la historia de Chile, partiendo por la presidencia de Frei Padre hasta nuestros días, ingresando datos oscuros, citas sin confirmación, entrevistas a simpatizantes de todo tipo del ex general, recortes de periódicos de gobierno y, en general, datos que uno puede dudar de su objetividad casi siempre en un 85%. La película también hace el uso ilegal de material fílmico de la cinta "Compañero presidente" (1971) de Miguel Littin, es decir, sin su permiso y descontextualizado de una manera para dar una imagen oscura y terrorífica sobre el presidente derrocado y asesinado por el gobierno autoimpuesto de la dictadura militar. Bueno, aparte de la denuncia hecha en tribunales y ante la PDI, la cual aún no tiene respuesta, tenemos todos estos datos que apuntan en una dirección: la unidad popular es mala, la intervención militar era necesaria y pedida por todo el pueblo, y que pronto nos íbamos a convertir en una Nueva Cuba. Claro, y mi perro se llama Andrés y me habla.
El documental continúa del peor modo posible: tratando de mostrar a Augusto Pinochet como un héroe salvador de la nación de Chile, y no sólo eso, sino también como el mejor presidente que ha tenido Chile en toda su historia democrática (lo cual es gracioso cuando uno lo piensa), es decir, fuera todos los demás competidores, son basura, el único presidente no elegido democráticamente, que mató más personas que nadie y que prohibió todas las libertades posibles es el mejor presidente de Chile de toda su historia. Qué lindo, qué bello, qué hermoso mensaje para dar a las nuevas generaciones que no vivieron esos tiempos. Van a empezar a creer que asesinar, torturar y hacer desaparecer personas es aceptable si "es lo que se tiene que hacer", así como prohibir la libertad de asociación y de expresión si es que es contraria al régimen imperante (bueno, al menos ahora sabemos de dónde saca sus ideas el ministro del interior Rodrigo Hinzpeter).
Es que de verdad es un documental asqueroso, porque con su narración en off tan calmada, borra y trata de limpiar la mala imagen que siempre debería tener un dictador y asesino como lo fue objetivamente Augusto Pinochet. Es curioso que no haya ninguna imagen del golpe militar, el "pronunciamiento" (como se le denomina en el documental) se pasa a llevar como un paso lógico dentro de muchos otros que había que tomar para salvar Chile, la misma liviandad con la cual se habla de los asesinatos y torturas, comparándolas con las seguramente inventadas, mínimas y desproporcionadamente aumentadas muertes de las facciones de izquierda, que seguramente sólo trataban de defenderse de los constantes ataques.
Creerán que tengo mi ideología cegante en mi cabeza, pero la verdad es que puedo llegar a ser muy moralista y conservador en muchas cosas... pero, no cuando se trata de asesinatos, torturas y apoderaciones ilegales del poder, eso no lo puedo aguantar bajo ningún sentido. Un documental que venga a justificar la muerte, no puede ser nada peor que la basura más grande de la historia del cine, y eso que aún no veo las cintas nazi, que deben andar bajo el mismo tono. La muerte no es algo con lo que se juega, no las muertes reales, y eso es algo que nunca voy a aguantar. Ya, ok, puede ser gracioso ver este documental y reirse un poco por su mala factura, horrorosa voz en off, entre muchos otros elementos, pero... hay cosas con las que no se juegan.
2/10
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