Como hoy volví a la Universidad, revisé cuadernos y vi que no había subido tres cosillas al blog, dos son cuentos y lo otro es una carta, espero que les guste.
Él sólo había entrado esa tarde al baño público para lavarse. Fue cuando cerró la llave que vio en el suelo, junto a él, el cadáver de un joven. La sangre en sus manos no le sorprendieron tanto como los golpes que sonaron en la puerta que trataban de abrir. El cerrojo cedió y un grito lo silenció todo.
Nota: 3... adivinen porqué... Hipérbaton y la queti.
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