INT. CHOZA DE DRAUGHTSMAN. DÍA
La choza de Draughtsman consiste en un solo ambiente, con paredes, techo y piso de madera. Una ventana circular domina una de las paredes, tapada con cortinas de color incierto a causa del tiempo. Está bastante sucio, hay manchas de distintos colores por las paredes y el suelo. Hay estantes repletos de libros polvorientos y anaqueles con frascos medio llenos con distintos líquidos y polvos. Una cama está arrinconada contra una pared, completamente arrugada y deshecha. Al centro de la choza hay una mesa, sobre ella hay muchos papeles y platos sucios, todo bañado por una tenue luz naranja que proviene de una vela prendida sobre un candelabro a un lado de la mesa. Por la puerta entra Draughtsman, hombre de 87 años, calvo y que usa ropa de campesino medieval; seguido de Herbert, joven de 22 años, tímido y con ansias de aprender. Vienen conversando desde afuera. Con un movimiento de manos Draughtsman, mágicamente, cierra la puerta y hace que se limpie la mesa. Mientras habla se preocupa de limpiar la choza con magia y movimientos de sus manos, preocupándose de que todas las manchas desaparezcan.
DRAUGHTSMAN
Es el avance, chico, el avance de “El Avance”, lo que nos ha mantenido escondidos y que nos ha llevado a la extinción... maldita sea la nivelación impuesta por las masas, nadie puede ser mejor que otro. (Mientras mira a Herbert) ¿Leíste el libro, cierto? (Sin importarle la respuesta, sigue hablando) Me pregunto qué pasó con ese misticismo de la Antigüedad y de la Edad Media, muchos dirían que la culpa fue de la Iglesia, incluso algunos de mis aprendices lo han dicho, pero no... ¡Parásito! ¡Bah! Yo digo que una religión, en vez de restringirte, debe llevarte a bla, bla, bla... Seguro que ya lo has escuchado antes, sobre todo a los budistas.
Cuando termina de hablar, termina de limpiar. Alegre, frota sus manos y mira con una sonrisa a Herbert. Toma la vela del candelabro y la para sobre la mesa. Al chasquear sus dedos, la vela se apaga. Draughtsman muestra la palma de su mano, ofreciendo a Herbert una oportunidad.
HERBERT
Sé hacerlo... primero, debo tener la pasión del fuego en mi mente y en mis manos, luego debo...
DRAUGHTSMAN
¡Mal! (Golpea en la cabeza al joven) No hay fórmulas, olvida eso. La magia es esperanza, tú pides y esperas que la Naturaleza responda. Es por esa razón por la que nadie cree en la magia, ya nadie tiene esperanzas.
Herbert cierra sus ojos e impone sus manos sobre la vela, un viento empieza a correr por la choza.
FADE OUT.