No un cuento, si no un ensayo sobre videojuegos.
Ingresamos. Es un lugar frío y oscuro, vemos a decenas de personas en fila con la mirada fija en una pantalla y audífonos puestos. Un resplandor verdoso se refleja en los sudados rostros de los jóvenes (y los no tanto) como si fueran partícipes de un espectáculo pirotécnico. El lugar es digno de una escena de acondicionamiento mental, todos en silencio, con la vista puesta en la pantalla, hasta que uno de ellos grita:
- ¡Filete! ¡Filete! ¡Filete!
Rápidamente varios de los jóvenes digitan distintas órdenes en los teclados que tienen frente a sí y se puede ver en las pantallas una mano trayendo un cuchillo militar. En ese momento nos damos cuenta de la distinta clase de ruidos que no habían querido aparecer hasta ahora: los tecleos y clicks de los jugadores de videojuegos en un cíber-café.
La orden de filete en el juego “Counter Strike” es parte de una jerga ya instaurada en los gamers, fanáticos de los videojuegos, de todo Chile. Esta orden indica que se deben dejar de lado las armas de fuego y usar el cuchillo como único instrumento a la hora de matar al contrincante.
Podemos oír exclamaciones por parte de los jugadores como “yo soy pipa”
[2], “en toda la cepa” o “puta, me mataron”. Estas frases y muchas otras vienen a formar parte de una jerga común a los gamers, una especie de “lenguaje técnico”, el cual no fue creado gracias a simposios, sino que gracias a la amistad y a las largas horas de juego.
Si avanzamos un poco más hacia el fondo podemos ver que los jugadores parecen mucho más callados, más concentrados. No parecen hablar entre ellos, como lo hacen los usuarios de “Counter Strike”. Son los que juegan “World of Warcraft”, un juego en el cual se requiere de mucha estrategia y pensamiento. Este, y otros juegos de índole parecida, tienen su primer nicho en los lectores de ficción fantástica, a los cuales este mundo, lleno de dragones, trolls, zombies y otras criaturas, no les es extraño.
Al fondo de este cíber-café podemos ver una clase distinta de gamers, ellos están sentados en sillas frente a un televisor. Todos tienen en sus manos un control o joystick, el cual tiene botones que van siendo presionados continuamente. Ellos están jugando consolas.
En este momento vemos que hay unos cuatro que están jugando “Winning Eleven”, haciendo un torneo, gritando, reclamando, celebrando los goles, etc. Como en un verdadero partido de fútbol. En otros televisores el color rojo es el que predomina, llegándose a pensar a veces que la sangre que corre por ella podría salpicar a los jugadores. Aquí se juega “Mortal Kombat”, donde se puede notar la excitación y la euforia de los jugadores mientras tratan de no perder lo poco de vida que les queda a sus personajes.
Este pequeño viaje nos muestra una cosa clara: hay una cultura muy grande en Chile en cuanto a videojuegos y de gamers. Pero esto no es más que una muestra, pues se puede ver mucho más claro en el exterior, sobre todo en países productores de videojuegos, como Estados Unidos, Japón y algunos de Europa. Hay comunidades online dedicadas a criticar y puntuar videojuegos, así como revistas de lo mismo y también las clásicas páginas (de Internet o papel) de ayuda, con trucos y guías para pasar los juegos, entre muchas otra muestras tanto de seguimiento como del alcance que tiene esta clase de entretenimiento.
Sin embargo, como siempre ha ocurrido con las formas de entretenimiento, los videojuegos han sido criticados. Un detractor puede empezar a reclamar contra estos con sólo leer la narración recién hecha del viaje a través del cíber-café. Violencia: es por este tema por el que han sido más criticados y rechazados los videojuegos. Es cierto, algunos de ellos son violentos, muestran excesiva cantidad de sangre, como el “Resident Evil” o “Silent Hill”, o muestran escenas chocantes de horror, como las del videojuego “Fatal Frame”, pero para eso es necesario estar atentos a lo que dicen las mismas cajas de los juegos, prohibiendo su venta a menores de ciertas edades, usando un sistema parecido al de las películas.
Son estos detractores los que han impedido la aceptación social de los videojuegos y gamers como cultura. Pero, gracias a los avances tecnológicos, esta cultura sí tiene un lugar establecido, y ese es la Internet. Se podría decir que es su espacio, el lugar en el que se puede discutir sobre los distintos juegos, los jugadores pueden ayudarse entre ellos y sociabilizar. Este último punto es importante, sobre todo para los gamers, que generalmente se caracterizan por jugar solos (muy pocos juegos se pueden jugar solamente si estás con otra gente) y que necesitan esa interacción con jóvenes de su misma edad y mismos intereses.
La Internet, como espacio cultural de los gamers y videojuegos, da cabida a muchas manifestaciones de distinto tipo. Entre estas se pueden destacar las páginas como
http://www.vnes.com/, que permite al usuario jugar juegos de la consola Nintendo Entertainment System (NES) online sin ningún tipo de descarga de por medio. Otra de las posibles instancias es la de la descarga de juegos, por medio del sistema de ROMs. Este proceso es ilegal, pero no ha habido grandes demandas por parte de las empresas productoras de videojuegos con respecto a esto, lo que lo hace relativamente seguro.
Entre otras de sus manifestaciones se puede nombrar a las páginas encargadas de criticar los videojuegos. Estas tienen variadas aplicaciones, como es el feedback que hay con los lectores, que tienen la posibilidad de comentar sobre un juego en particular. Específicamente una de ellas, Joystick.com, es una de las que más prestigio tiene, pues recientemente uno de sus empleados ha sido elegido alcalde en Estados Unidos, específicamente en Muskogee, Oklahoma. Él ya ha declarado públicamente su gusto por los videojuegos, lo cual nos da una muestra de que poco a poco la cultura de los videojuegos está siendo aceptada socialmente y que podría llegar a tomar otros espacios, además de Internet.
Pero si queremos hablar sobre alguien conocido en el espacio de Internet, y ya como último ejemplo de los distintos fenómenos que muestra nuestra cultura (nos sentimos parte de ella) en su actual espacio, podemos nombrar a James Rolfe, más conocido como el Angry Videogame Nerd. Sin duda uno de los gamers más conocidos en la Internet, siendo el décimo más subscrito en la página Youtube, teniendo reconocimiento mundial por lo que hace. Este podría llegar a ser el embajador de nuestra cultura, pues la toma y la aliviana, haciéndola digerible para todos, a través del humor. Pero… ¿Qué es lo que hace? Juega juegos malos (tampoco hay perfección en esta industria de entretenimiento) y luego los destruye, ya sea a través de improperios o poniéndolos en una tostadora. La única forma de entender bien qué es lo que hace y qué lo hace tan famoso, es leyendo la letra de la canción que introduce cada uno de sus videos: (Ya se la saben)
En conclusión, el espacio cultural de los gamers y los videojuegos es la Internet, pero ese espacio cultural no es suficiente. Esto se quiere revertir, pero son sus detractores los que han impedido históricamente su aceptación social. Hay algunos tímidos acercamientos, ya sea por la el ejemplo dado del nuevo alcalde en Oklahoma, o tomando este rubro con un poco más de humor, como lo hace el Angry Videogame Nerd.
Nota: 6, dijo que era algo nuevo para él. Se me acabaron los cuentos, no sé qué haré.