Defender of the Crown - 1986
¿Un juego de estrategia de los tiempos medievales? ¡Woow! Suena al precursor de Age of Empires. Si es en Inglaterra, mejor, con justas, duelos, peleas, territorios conquistados y por conquistar, Robin Hood, suena como uno de los mejores juegos del mundo.
El problema, es que le falta un tutorial.
Mientras jugaba y pasaba los diálogos del principio, elegía personaje, etcétera, me iba emocionando. Los gráficos eran prometedores, pues era de lo mejor que había visto para la Amiga hasta entonces. Estilizados, figuras humanas no deformes, gráficos por el amor a Arturo, Gráficos.
El problema vino cuando empecé a jugar, compré soldados, los moví... y perdí. Pero no me rendí, sabía que tenía que esperar, ganar torneos y dinero, tener tierras, mantenerse, construir castillos. Claro que nunca supe cómo hacer eso, después de todo no hay tutorial, algo que necesita todo juego de estrategia. Sin embargo, pude llamar a hacer un torneo.
El torneo empezó y terminó en menos de lo que canta el gallo. Elegí mi contrincante, pasé a una impresionante visión en primera persona de mi justa, mi caballo, mi escudo, mi ¡paf! Al suelo por la lanza enemiga, sin revancha ni segundas oportunidades. Llamé a otro torneo, en venganza, esta vez sí iba a ganar. Pero no, nuevamente no supe qué hacer. Manuales son las cosas que necesito, pero un ilegal como yo no puede vivir dependiendo de esas cosas.
Endemoniado, empecé a atacar a las fuerzas enemigas con todo lo que tenía, mi castillo fue tomado, me tuve que escapar con Robin Hood... lástima que todo eso último me lo cuenta esta última pantalla.
Desilusionado es la palabra.
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