viernes, 24 de febrero de 2012

#8 - Moneyball (2011)

Moneyball (Bennett Miller)
Hay algo peculiar y complicado sobre el deporte del beisbol que hace que no me atraiga, no me guste y simplemente no me den ganas de querer saber definitivamente cómo es que se juega. La enorme cantidad de películas con escenas de beisbol me ha enseñado lo suficiente como para poder seguir la trama y entender, medianamente, algo de la jerga y de las movidas que pueden realizarse en este deporte, uno de los favoritos de Estados Unidos. Sin embargo, nunca pensé que algo tan técnico y tan cercano al juego y a sus reglas, a la estrategia que hay detrás, una película que explica más que muestra, una película en la cual la jerga es aún más avanzada que en cualquier otra película que contenga escenas de beisbol en toda mi corta historia que llevo viendo películas de diversas categorías y de distintos lugares del mundo, no puedo creer que una película con todas esas cosas a mi contra pudiera gustarme tanto (así como hay otras películas con todo a mi favor y que terminan decepcionándome).
Y es que creo que es tecnicidad y especificidad presente en la película, de algunos procesos y conversaciones, juntas y reuniones de las cuales no muchos saben (pero que se infieren para los conocedores del beisbol) y de las cuales yo no tenía idea, son la forma de volverlo interesante. Lo que quiero decir es que la película cumple y es tremendamente satisfactoria por el hecho de que logra introducirte y sumergirte en un mundo nuevo, el del beisbol profesional pero no desde la cancha, sino que desde quienes piensan y entrenan a los equipos. Esto no es una clásica película de deporte del entrenador nuevo que llega a un equipo malogrado para poder llevarlo a la gloria, aquí las circunstancias y nuestro protagonista son distintos, y creo que esa originalidad en su punto de vista (aunque el objetivo final se tuerza, como en toda película deportiva, al triunfo final del equipo "protagonista" de la historia) y eso la vuelve la segunda mejor nominada de estos premios Oscar que premia a las mejores películas del 2011.
La historia parte con triunfos y glorias, los Oakland A's acaban de ganar el torneo nacional, pero tienen el problema de que son un equipo pequeño, con un presupuesto limitado (unos cuantos milloncitos de dólares), por lo que no puede mantener a los jugadores que se destacaron y se volvieron primordiales durante la temporada para poder llegar a alzar la copa de la victoria, algo parecido a lo que ocurre en el fútbol, cuando los equipos no pueden retener a sus jugadores porque les pagan más en otros y la cosa de la lealtad no creo que exista en el deporte. Pues bien, el manager general del equipo tiene que buscar alguna forma de o retener a las grandes estrellas o contratar a jugadores tan buenos como las grandes estrellas que se fueron, pero ambas cosas se ven completamente imposibles de realizar. En una de las reuniones en las que trata de comprar y retener a jugadores para su equipo, se encuentra con un curioso personaje, a quien le consultan todo antes de decirle que sí o no a nuestro protagonista, interpretado por Brad Pitt. Pese a irse de la reunión con cero jugadores, sí logra contratar al joven matemático, quien parece tener la clave que busca para poder reemplazar y formar un equipo que pueda mantener algo de los triunfos que obtuvieron durante la temporada.
Así, con un modelo matemático ideado hace ya muchos años, el joven matemático, interpretado magistralmente y con una volatilidad interior llena de energía por Jonah Hill, logra cuadrar las estadísticas de un jugador con varios jugadores mucho más baratos, supliendo sus características y estadísticas con un grupo de personas, llegando incluso a superarlas. Nadie cree en el método, y es claro que en los primeros partidos esto es un desastre, pero lo que necesitan es la confianza en que pueden afiatarse, y así como una ecuación que debe dar resultados, empieza a darlos y a ganar partido tras partido. Todo esto lo vemos acompañado por secuencias de negociaciones, compras, traslados, despidos, discusiones, desilusiones y recuerdos de nuestro personaje principal, que fue jugador de beisbol, una promesa joven que no rindió porque se creyó más en las estadísticas que en si sabía jugar bien en equipo o no. Entonces esta cinta viene a desafiar el juego del corazón por un juego más estratégico, donde incluso el entrenador tiene poco que ver con los resultados que hay en la cancha, sino que a algo que debe funcionar por fe.
Y en ese sentido la película es hermosa, nos muestra cómo este hombre que ha sido abatido por tantos años de una carrera que nunca pudo concretar realmente, dejando de lado su posibilidad de estudiar, enfrentado a usar un método que a él no le funcionó. Es una película sobre desafiar tus propias barreras y cambiar el corazón por el cerebro, aunque muchas veces el corazón tiene mucha más razón en muchas de las secuencias, es una película tremendamente emocional. Falta ver cuando Brad Pitt se encuentra con su hija y ella le canta una canción en guitarra, o incluso cuando se encuentra con Jonah Hill en la fecha límite para hacer traslados y compras de jugadores, y la felicidad que llena sus rostros cuando logran concretar lo que ellos quieren. No es una película fría, está llena de sentimientos que no se muestran a primeras, pero que estallan en unas cuantas secuencias más tarde, como el trueno que anuncia la tormenta.
No me gusta el beisbol, pero me gusta esta película, la encuentro impresionante, y creo que viene a ser, para mí, un paso en la consagración de su director, Bennett Miller, director de la obra maestra que es "Capote" (2005), logrando cortar la grasa poco interesante y saber tomar buenas decisiones a la hora de contar esta historia tan, en algunos sentidos, densa, pero llena de ricas emociones y entretenimientos que son tan bien recibidos. Una muestra de las inteligentes decisiones son las contadas secuencias que transcurren en la cancha, el alejamiento total de la presencia de otros equipos, así como de la presencia de los fanáticos. La fotografía de la película es sobria y brillante, usando la luz del sol en secuencias clave de manera perfecta, rodeando a los personajes de un halo santificador, que aunque exagerado, sí viene al caso para los fanáticos de los deportes, que ven como dioses a los responsables de que un equipo gane y lleve alegría a sus vidas. El montaje es interesante, por decir algo, correcto sería mejor.
La verdad es que para mí ver esta película fue una grata sorpresa. Sobre todo porque ver a Jonah Hill actuando bien es algo que muy pocas veces se puede ver, y creo que si sigue por esta senda es posible que tengamos a uno de los grandes actores de Hollywood entre nuestras manos. De igual manera Brad Pitt se luce con sus emociones contenidas y sus torrentes de palabras y formas de decir, de verdad ver interacciones entre los dos es el alma de la película. Basada en una historia real, esta película está nominada a 6 premios Oscar, pero injustamente no recibirá ninguno.
9/10

2 comentarios:

Sam Juliano dijo...

Yes indeed, it is an impressively written work, and a memorable baseball film, containing as it does one of Brad Pitt's best performances as the eccentric general manager of the Oakland A's at the time they put together the sport's record-breaking regular season winning streak. I also though Jonah Hill was quite good, and the film was undeniably entertaining, regardless of what one thought of it as a lasting work of art. Again, you've penned a splendid and insightful essay.

Jaime Grijalba dijo...

Sam: It is a great and entertaining movie, and I think some of its shots do belong in a lasting work of art, even if its a "current" or "of the moment" film.