martes, 23 de marzo de 2010

AK100

Si aún estuviera vivo, el director y escritor Akira Kurosawa hubiera cumplido 100 años. Él es uno de los grandes representantes del cine a nivel mundial, manteniendo una calidad impecable en cada una de sus obras, tanto a nivel técnico como actoral y de guión. También es uno de las cartas de presentación más fuertes que tiene la cultura japonesa, pues como pocos, logró tomar en cuenta múltiples aspectos de la sociedad y cultura de su tierra, desde la cultura samurai a los salaryman modernos, pasando por los miembros del gobierno hasta las fantasías y sueños, que tienen sus raíces en las tradiciones, mitos, religión y leyendas japonesas.
Hoy, 23 de Marzo, mi intención es darle una pasada cronológica a las películas que he visto de Kurosawa, dando links, videos, imágenes y escritos para que puedan leer e informarse sobre este gran director japonés, pero no sólo en sus trabajos como director, sino también guionista, productor, co-director, escritor, editor, etcétera.
Esta entrada se irá publicando todos los años el 23 de Marzo mostrando mi avance en el visionado de sus obras, así como reevaluaciones de las mismas y otros links, repitiendo todo lo que he avanzado en los años anteriores, dejando una clarificación acerca de lo que ha sido agregado. Pero sin más réclame, los dejo con AK:

Rashomon (1950, director, escritor, editor)
A Akira Kurosawa le preguntaron muchas veces qué significaba la película, que no la entendían, no sabían qué era lo que quería decir con la película. Él trató de explicar muchas veces que la película no era un truco, o un juego con la mente y expectativas del espectador, sino una simple demostración sobre cómo es la vida del ser humano: realmente nadie la entiende, no se puede tener un consenso sobre ella y cada uno de nosotros tiene una visión acerca de lo que significa y para qué estamos viviéndola.
Es una historia sin historia, pues nunca hay un consenso sobre qué es lo que está pasando, la única guía que tenemos es la gente que nos cuenta estas historias, un monje y un leñador, que se ven mucho más involucrados de lo que creemos en un principio con respecto a las historias que están contando, así que tampoco podemos confiar demasiado en ellos.
Las únicas palabras que podemos creer son las de alguien como nosotros, alguien que recién se entera del caso y las múltiples versiones que existen de la misma, alguien sin idea de nada, que puede sacar sus propias confusas explicaciones, alguien cuya opinión vale casi tanto como la nuestra, cuando hablamos de los hechos a los que estamos siendo expuestos. Lo gracioso, es que Kurosawa hace a este personaje creíble un pillo, un ladino, alguien de poca confianza, al que menos le podrías llegar a creer cuando te cuenta una historia.
Kurosawa nos estaba tratando de decir algo, ese pillo, ese ser aparentemente despreciable, es cada uno de nosotros, lo cual significa dos cosas. Una, puede que AK nos esté diciendo que sin importar las acciones que uno haga, cómo se comporte, las cosas que uno diga, uno siempre es inocente e ignorante ante la verdad. Lo segundo, que en realidad queremos mantener un aspecto correcto y poco involucrado, como el que quieren mantener el monje y el leñador, pero nuestro verdadero ser es ese (quizás) delincuente: curioso, egoísta, de aspecto temerario, alguien de poca confianza.
Cuando hablo de "la verdad" que debería esconderse tras el misterio que se cuenta en esta película, hablo de una verdad insondable, sin ninguna posibilidad de descubrir (por mucho que cada uno tenga su teoría), es el equivalente a descubrir qué es lo que hay más allá de la muerte, y este es un paralelo perfecto. La película cuenta con elementos sobrenaturales, pues la historia que se nos presenta tiene tres puntos de vista contrapuestos, de los cuales uno de ellos viene de una persona muerta, ahí tenemos otra pista acerca de cómo lo que nos dicen tiene un paralelo con lo trascendente. El hecho de que ni el sacerdote ni el leñador puedan encontrarle algún sentido a las tres distintas historias sobre un mismo hecho, habla de que ni la religión ni el trabajo constante van a darle sentido a esta vida, menos pudiendo descubrir qué es lo que hay después de la muerte.
Es sencillamente increíble la cantidad de pequeños símbolos a lo largo de la película, que nos pueden llegar a acercar un poco más hacia qué es lo que hay detrás de todo Rashomon, sobre todo hacia el final de la película. Bajo una lluvia constante, con las constantes peleas entre el monje y el pillo, las ganas del leñador de entender todo, pese a su obvio involucramiento, y todo esto sin siquiera entrar en las historias que ellos se cuentan.
Pero pensándolo bien, las partes menos interesantes intelectualmente hablando, son las versiones que cuentan los involucrados en el juicio, pues resultan ser tres versiones sobre los mismos hechos (una muerte. una violación y un criminal), que resultan ser muy entretenidos como mini cortos de acción, en lo cual Kurosawa era un experto. No estoy para nada pasando a llevar o desvalorando esos momentos, esos son los más emocionantes y que te mantienen en la historia, pero desde un punto de vista más intelectual, son buenas escenas de acción, la excusa para hablar de la muerte.
Mis imágenes favoritas de Rashomon, sacadas por mi.
Mi entrada sobre esta película en las 100 Mejores, puesto 86:
Un mismo crimen. Cuatro historias. Todas se contradicen. Basado en dos cuentos del genial Akutagawa Ryunosuke, "Rashomon" y "In the Grove", el magnífico director Akira Kurosawa nos trae una historia de amor, traición, crimen, asesinato, todo sin resolver. Dos hombres: un cortador de leña y un monje, pasan la lluvia en un Rashomon (Puerta de Castillo), se les aparece un pillo que les pide una historia. Ellos le cuentan de cómo fueron a testificar a un juicio sin resolución, el cual tiene hasta el testimonio del muerto. Una película que tien sub textos sobre la vida, la mentira y la realidad. Recomendada para todos.
Los dos cuentos en los que está basada la película, "Rashomon", que da el lugar donde ocurre la historia, y "En el bosque", que da la idea de las diversas perspectivas sobre un crimen, ambas del autor Akutagawa Ryunosuke.
Matt Shepherd trata de darle una solución al misterio de Rashomon, a través de tablas y cuadros de flujo, pero sin dar una respuesta concreta.
El crítico de cine norteamericano Roger Ebert da una exhaustiva e interesante crítica a la película en un ensayo de su serie "Great Movies".
Disponible para ver en Youtube con subtitulos en Inglés:


Ikiru (1952, director, escritor)
Ikiru cuenta la historia de los últimos días de vida de Kenji Watanabe, jefe de la oficina de Asuntos Civiles, que depende de la Municipalidad de una ciudad de Japón. Nos encontramos en los años de la democratización de Japón después de la Primera Guerra Mundial, el país se divide en municipios, así como antes lo hacía en shogunatos, y elige a sus alcaldes, quienes a su vez asignan y contratan a los miembros y jefes de los distintos departamentos; drenaje, sanidad, camino, asuntos civiles, etcétera. Imbuido en esta burocracia, Kenji se da cuenta de que tiene cáncer al estómago.
En un principio parecemos estar ante una cinta cuyo mensaje es claro: carpe diem, disfruta la vida, pues en un arrebato Kenji decide dejarse guiar por un dibujante en la vida nocturna de la ciudad: bares, baile, desnudistas, prostitutas, todo lo que implica el disfrute de la vida al máximo de la manera más malsana que existe, tomando en cuenta su salud médica. Pero afortunadamente la película nos jugaba trucos, pues a la mañana siguiente se encuentra con una joven que era una de las empleadas de su oficina. Ella quiere renunciar a su trabajo, está aburrida, pero no puede mientras su jefe no le timbre un papel.
Ahora pensamos que la historia girará en torno a un renacer de Kenji, una segunda primavera que tendrá con esta muchacha, que una relación sentimental calmará su corazón y lo hará feliz antes de morir. Estamos con él mientras la invita a comer, a salir a distintos lugares, a conversar mientras caminan por el parque, pero ella empieza a sospechar (y nosotros también) que él está enamorado de ella, pero no, nuevamente hemos sido engañados. Ella asustada en una cena mira la abrumada cara de Kenji que se le acerca y le pregunta qué es lo que hace para ser tan feliz, ella le responde que no hace nada especial, sólo unos juguetes: da alegría.
Kenji sale corriendo del restaurant donde estaba con ella, ya no la volvemos a ver en la película. Nuevamente la película cambia de engranajes, cambia nuestras expectativas y simplemente nos queda esperar qué es lo que viene. Kenji, luego de pasar semanas sin ir al trabajo, vuelve y todos sus subordinados se sorprenden de verlo, ellos no saben qué es lo que le pasa, salvo que estaba enfermo, de acuerdo a los papeles que había mandado durante los días que duró su ausencia. La sorpresa no es sólo de verlo, sino también lo que hace, pues toma una petición de hace semanas que hizo un grupo de mujeres para secar un pantano y hacer ahí un parque para niños.
¡Ahí estás película! ¡Ahí tienes tu mensaje! ¡Te has encontrado! No tienes necesidad de seguir engañándonos, la película no trata de cómo un hombre disfruta la vida antes de morir, ya sea de mala o buena forma, sino de hacer algo por los demás, trascender a través de la memoria de las personas, un acto o monumento mental a través de una acción física, hacer algo por los que tienen menos. Lástima que cuando lo vemos salir de la oficina, para ir a ver el pantano y qué se puede hacer, la película nos traslada a su funeral, unas semanas después.
Entonces dime película, no me hagas sufrir más, dime de qué te tratas, sé que eres muy buena, me has retado constantemente a averiguar cuál es tu verdadero sentido, qué es lo que me quieres decir, sé que eres lo más lejos que se puede estar de "It's a Wonderful Life", sólo no me digas que trata de todo lo que he dicho, sino de algo que me haga sentir orgulloso.
Finalmente vemos a través de flashbacks todo lo que hace Kenji para poder construir un parque donde está ese pantano, pasando semanas en las oficinas gubernamentales, rogando por firmas, caminando y llevando a las mujeres afectadas, enfrentándose a grandes magnates que quieren construir un Centro Comercial en el mismo lugar, todo esto mientras está más enfermo que nunca, sin poder comer y con una sed que nunca puede apagar. Ahí uno descubre de qué es lo que se trata la película: es una crítica al sistema político burocrático japonés. Ya desde el inicio se ven algunas pistas sobre este tema, como el montaje inicial de las mujeres que piden el parque mientras son llevadas por múltiples oficinas de la gobernación, llegando finalmente al mismo punto de partida: la Oficina de Asuntos Civiles.
Esto hace que la película sea mucho más rica, porque todo momento con este funcionario con un cáncer de estómago puede servir como una metáfora, el cáncer insertado en el gobierno que impide que se haga cualquier cosa nueva o en favor de la gente. Al verla, tengan en cuenta esto, no se dejen engañar por las explicaciones simplistas sobre una especie de redención del personaje (que se consigue, de alguna manera) pero que realmente no sirve para nadie más que la memoria de él mismo y los niños que ahora pueden jugar en el parque que él pudo construir.
El crítico de cine norteamericano Roger Ebert da una exhaustiva e interesante crítica a la película en un ensayo de su serie "Great Movies".
Shan Jayaweera de la página Senses of Cinema realiza un artículo acerca de la importancia de esta película.
Trailer de la película con subtítulos en inglés, disponible en Youtube:


Shichinin no samurai (Los Siete Samurai, 1954, director, escritor, editor)
He estado pensando en la primera vez que vi esta película, hace ya algunos años. Fue en la parcela de mis tíos, haciendo lo mismo que hice este año: cuidar la casa mientras ellos se iban de vacaciones, claro que el trabajo tenía sus ventajas, tenía junto a mi familia el enorme televisor, cable satelital (en ese tiempo yo no tenía en mi casa), piscina y una pequeña colección de DVDs, todas cosas de las cuales podíamos hacer usufructo. Mi tío tenía, entre esos DVDs, a la susodicha en su versión completa de tres horas y fracción, lista y esperándome.
Los Siete Samurai ya tenía una historia dentro de mí, era un clásico, una de esas películas tan grandes que se puede hablar de ellas sin necesidad de verlas, el boca a boca es descontrolado. Sabía que era una de las grandes, era considerada la obra maestra de Akira Kurosawa, por lo que estaba interesado en verla (sin haber visto antes ninguna otra película de AK, me resultaba conveniente ver su mejor obra antes que ninguna otra, aunque ahora puede que dude un poco sobre ese status con respecto a mi situación actual del visionado de su filmografía).
El día que vi Los Siete Samurai había amanecido soleado, como casi todos los días de ese caluroso verano. La rutina era siempre la misma: levantarse, desayunar, piscina, almorzar y luego ver tele; eran días más simples, o así lo creía yo, donde la mayor preocupación de tu verano era ver qué tan rápido podías llegar de un lado a otro de la piscina de tu tío, y no qué vas a hacer sin plata en Santiago durante todo febrero. Todo andaba bien ese día, el desayuno fue bueno, las piscina refrescante, pero ya habíamos empezado a darnos cuenta que el día se ponía feo, nubes empezaban a cubrir el profundo cielo azul de Talagante.
Mientras almorzábamos, veíamos como el cielo conjuraba contra nuestros deseos de seguir bañándonos, cubriéndose lentamente de grises nubes, de pésimo aspecto. Mi papá nos dice de inmediato que no nos vamos a poder bañar, así que podemos ver cable en la tarde, una sonrisa cubre el rostro mío y de mi hermano, podemos ver los canales que queramos por un rato que sea, el resto del tiempo es monopolio absoluto de mi papá y su eterno zapping sin fin. Terminado el almuerzo, nos instalamos mi hermano y yo frente a ese enorme televisor y empezamos a cambiarle, como siempre sucede, terminamos por aburrirnos.
Detrás del sillón en el que estábamos sentados podía sentir la presencia de mi papá, mirando cómo realmente no veíamos nada en la tele, tenía que hacer algo. De pronto, me iluminé, vi frente a mí, entre muchos otros, el DVD de Los Siete Samurai, lo saqué rápidamente del estante, me di vuelta y enfrente a mi padre y hermano, mostrándoles la carátula. Mi hermano me miró un rato y mi papá simplemente dijo: veámosla, pero tengan en cuenta que dura tres horas... o más, no me acuerdo.
Entonces me sentí dispuesto al enorme reto que era ver la película más larga de mi vida, no habiendo podido pasar de las dos horas y media de las últimas Harry Potter. Puse el DVD y apreté el botón del menú que decía "Reproducir Película", una experiencia así no se ha repetido muchas veces, pero debo decir que cambió mi vida, pues esta fue la película que me inició en mi actual búsqueda en el cine que ha llegado a límites inconcebibles (por ejemplo, el de estudiar cine... perdón, dirección audiovisual).
No fue una experiencia silente, entre mi papá, mi hermano y yo comentábamos constantemente sobre lo que pasaba en la pantalla, ibamos contando los samurai a medida que iban siendo contratados, nos alegrábamos con las tretas y nos poníamos serios con las escenas de romance. Nos quédabamos callados en las escenas de batalla para poder vitorear a nuestros samurai favoritos (Kikuchiyo era el favorito de los tres... y ni siquiera era un samurai hecho y derecho) y nos lamentábamos por los que perdían su vida.
Al terminar no pudimos evitar pensar en cómo habíamos invertido nuestra tarde en una de las mayores obras de arte de la historia del mundo, sin importar que hubiera durado tres horas y algo (tiempo durante el cual ninguno de los tres nos levantamos siquiera para ir al baño), mientras afuera un viento helado arreciaba y pequeñas gotas de lluvia rociaban el pasto a nuestro alrededor. Afuera era como estar en la batalla final de la película y era increíble ver todo esto mientras sentía dentro de mí un hambre insaciable de más.
Mi entrada sobre esta película en las 100 Mejores, puesto 43:
La obra maestra del cine japonés resulta durar casi cuatro horas, pero estas pasan como si fuera una caminata por el parque. Los personajes, las batallas, el entrenamiento, las trampas, los romances... todo hace que se haga tan corto que quieras ver más sobre estos siete hombres en su afán por defender a unos campesinos indefensos.
Ahora, la historia trata sobre un pueblo de campesinos japoneses que se ven asediados en cada época de cosecha por un grupo de ladrones que les roban todo y los dejan con lo justo para poder subsistir (ya empiezo a ver las metáforas), impidiéndoles surgir económicamente. Aburridos de la situación, los campesinos recurren al sabio del pueblo, el cual les dice que deben buscar un grupo de samurais que puedan defenderlos para cuando los malos vengan.
Un par de enviados van al pueblo, buscando un samurai, encontrando uno viejo y cansado, que en un principio rechaza la oferta de los campesinos (no tienen cómo pagarle), pero se apiada de ellos. Les pone una condición: buscarle compañeros. Lo que van encontrando son soldados y aficionados que no son samurais pero sí son diestros con la Katana, que es lo que importa a fin de cuentas. Tienen seis y, en ese momento, aparece el personaje amado por todos: Kikuchiyo. Él es un muchacho que se cree el mejor de todos, pero es torpe y nadie cree mucho en él. Pese a nos ser aceptado por los otros seis, los sigue hasta el pueblo, demostrando su poderío y buen corazón.
Esta película es la más larga que he visto, pero es la que se pasa en menos tiempo, es tan perfecta en cada sentido que llega a dar rabia. No hay duda de que es una de las películas mejor hechas de la historia y eso la hace muy especial para mí y para todos los que han tenido la suerte de verla.
El crítico de cine norteamericano Roger Ebert da una exhaustiva e interesante crítica a la película en un ensayo de su serie "Great Movies".
Los encargados de Criterion Collection, que realizaron la mejor edición de esta película en DVD y Blu-ray tienen cuatro ensayos sobre la película para leer, bastante interesantes.
Gary Morris escribe un artículo acerca del impacto permanente de la película en las audiencias, para el Bright Lights Film Journal.
Análisis de la película por el Doctor Patrick Crogan para el Senses of Cinema.
Trailer Criterion de la película disponible en Youtube, con subtítulos en Inglés:

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