Lo que está escrito en Negrita son adiciones para entender mejor el conjunto.
"La Ricotta" (1963), cortometraje de Pier Paolo Pasolini, perteneciente a la película "RoGoPaG" (1963), rompe con varias normas de lo que se podría considerar una narrativa visual y argumental tradicional, cuyos elementos se pueden identificar en varios de los movimientos de "nuevo cine" que han sido inmediatamente anteriores a él, así como contemporáneos al mismo.
Si partimos por lo que se encuentra más contemporáneo a la realización de este cortometraje, nos encontramos con que muchas de las transgresiones principalmente argumentales se vinculan con la Nouvelle Vague francesa. Argumentalmente, el cortometraje hace constantes referencias al mismo medio, el cine, cuya figura principal resulta ser Orson Welles, un director o auteur, lo que indica una preocupación y conciencia de la "teoría del autor" que fue una de las bases de la nouvelle vague (o más bien, la teoría creada y apoyada por quienes serían los cineastas de este movimiento) y que consistía en que la obra cinematográfica era principalmente responsabilidad del director y que se podría ver su "estilo" en todas sus obras, logrando así recuperar a muchos autores del cine norteamericano, demonizados sólo por ser de este país. La aparición de un actor/director en un rol de director (Orson Welles) se parece a la inclusión del director Fritz Lang en "Le mèpris" (1963) de Jean-Luc Godard, película perteneciente a la Nouvelle Vague y que, como esta, ocupa el trasfondo de la realización de una película para contar otra historia, lo cual transgrede con una "norma" narrativa de linealidad.
"La Ricotta" funciona también como un documental, una especie de "making-off" de una película ficticia de Orson Welles sobre la Pasión de Cristo, elemento presente en la Nouvelle Vague (y también el Neorrealismo) por el predominio de los exteriores y el afán de documentar una situación que podría ser real, o es la imagen de un personaje popular (Stracci); Alain Resnais en su "Hiroshima mon amour" (1959), perteneciente (supuestamente) a la N. Vague, usa el dispositivo documental al inicio para darle un verismo al resto de la película, ayudado por el hecho de estar grabado en locación (tanto el documental como la ficción).
El uso de la música en "La Ricotta" es desarticulada con respecto a la imagen, y hay veces en que incluso las voces no se coordinan con quienes las dicen, como ocurre la vez en que alguien grita "la próxima escena" y se puede ver a un perro moviendo su hocico, dando a entender que es quien lo ha dicho, lo cual es imposible. Esta desarticulación-desestructuración de los elementos mismos del filme, dan cuenta de una libertad, una liberación, un uso de las estructuras instrumentales de manera no convencional, que a fin de cuentas hacen evidente a las mismas, tal como ocurre en algunas cintas de la N. Vague. Dentro de esta transgresión instrumental se puede ver, además del ejemplo ya dado del "doblaje" de un perro, está el uso de música de baile en momentos inadecuados (y alguien reclamando por ello), o la aparición y desaparición de la música en momentos al parecer aleatorios (la conversación del periodista con O. Welles, la música se silencia y vuelve a aparecer cuando recita un poema), el cambio a color entre las escenas filmadas de la película inexistente y la historia del hambriento Stracci. Era intención de la N. Vague, o más bien de J.L. Godard, el hacer evidentes estos elementos con los que se hace una película, como hizo con la edición en "Sin Aliento" (1960) y sus jump-cuts, o en "Vivra sa vie" (1962) con la aparición y desaparición aleatoria de música (como en "La Ricotta") en los créditos iniciales.
También existe en "La Ricotta" otra transgresión que está dada por la N. Vague y esta es la de la mezcla de géneros, como ocurre en "Tirez sur le pianiste" (1960) de Truffaut donde hay una escena musical (con karaoke) en una historia que parte como un drama y termina como película de gangsters; en este caso hay una mezcla entre un drama social (hambre), comedia, cine sobre el cine, crítica social (el final) y un melodrama (final moraleja). Todos esos géneros conviven en diversos momentos y pertenecen a una transgresión mas bien cercana a lo argumental, pues parecen escenas de varias películas y sin embargo, conviven.
Hay que nombrar brevemente el "cine poesía" de Pasolini, que se presenta y se hace evidente en su negación por parte de Orson Welles mientras dirige su película, pues los planos parecen mas bien cuadros inmóviles y que, cuando alguien se mueve, debe ser repetido hasta la quietud total. El cine poesía aboga por un lenguaje propio al cine, que estaría dado por el movimiento más que por lo que se dice, por lo que esa inmovilidad es una crítica estético/ideológica de el cine que no es poesía llevado al extremo.
El personaje principal es hambriento y todo lo que hace (vestirse de mujer, vender a un perro, crucificarse) lo hace movido por el hambre y la comida que podría recibir. Hay en esto una cierta transgresión argumental/ideológica a la hora de mostrar a un personaje así que pertenecen la sociedad contemporánea italiana de ese tiempo, una exposición ante el escrutinio de los propios italianos a comprender su situación y "cambiarla" (si es posible) y ante el mundo (representado por Orson Welles). Esto está claramente influenciado, al parecer, por el Nuevo Cine Latinoamericano, específicamente del manifiesto "Estética del hambre" de Glauber Rocha.
Pese a todo, la película no se parece en mucho a una película bajo la estética del hambre, pues a el personaje Stracci no se le ve llevado a la violencia a causa del hambre, pues es a fin de cuentas una persona buena, que no puede ensañarse contra un perro por haberse comido su almuerzo, aunque sí es capaz de venderlo aunque no sea suyo. Además el tono comédico, dado por la música y las aceleraciones, que se le da al personaje en búsqueda de saciar su hambre está lejos del tono serio y crítico que tienen la mayoría de las obras del Nuevo Cine Latinoamericano, comprometido y militante. En "La Ricotta" la crítica está presente y es una trangresión ideológica enorme de la que sucede hacia el final, pero durante mucho tiempo se ha ridiculizado al hambriento Stracci como para que se le vea como un cine eminentemente partidario a una causa.
Durante los primeros momentos de la película, parece ser un filme neorrealista por la aparición de personajes desposeídos y hambrientos, como lo es el actor y su familia, así como el constante deambular de Stracci, perteneciente a este movimiento. Lo mismo en su crítica social hacia el final, una transgresión ideológica contra el pensamiento de estado y, a lo largo del filme, ridiculizando la imagen e historia de Cristo. Stracci queda como un Jesús que muere frente a los políticos para dar a conocer su situación social y su muerte puede (o no) salvar a otros como él.
Nota: 7, el profe me felicitó.
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