Hay días en que necesitas desconectarte un rato y empezar a ver algo estúpido, una comedia simple, algo con lo cual uno puede descansar. Siendo este día bastante cansador, el llegar a casa a ver una película como esta fue como un premio. No es un obra maestra del humor, pero me reí, no grandes carcajadas, pero unos jijiji, jojojo y un par de mjmjmjmj. Me alegro haber visto esto en un día como este, valió la pena. Pero ojo con esperar mucho.
La historia es lo suficientemente entretenida para mantener una comedia por algunos minutos, trata sobre dos periodistas (uno de ellos el genial y siempre magnífico Jeff Goldblum) que son mandados a Transilvania para cubrir una historia sobre Frankenstein. Pueden ver lo ridículo de eso, pero es gracioso cuando llegan allá y empiezan a preguntar por Frankenstein y todos se ríen de ellos, sin duda lo mejor es el alcalde cuando les empieza a nombrar otros monstruos que podrían haber en Transilvania. Claro, obviamente hay algo que se esconde tras la superficie, hay envuelto un hombre lobo, un vampiro, una momia... uf, cuántos monstruos.
La película alcanza momentos en que logra la risa a través de la estupidez y la simpleza, pero hay veces en que el exceso de la simplicidad llega a ser vergonzoso. Los momentos más destacables son el inicio con el redactor del diario cuando dice que le encanta la basura, el alcalde cuando nombra a los monstruos, la esposa judaica del mayordomo del alcalde y el científico loco que cambia de actitud si se encuentra dentro de una habitación o no. Pero el resto, bufgh, mejor olvidarlo.
No es basura, pero tampoco es una cosa que recomiende a todos, sino mas bien a los fanáticos de Jeff Goldblum y de los monstruos, aunque el final sea completamente decepcionante, debo decir que es mucho mejor de lo que esperaba y me reí mucho más de lo que la mayoría parece haberlo hecho.
6/10
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