El debut cinematográfico de James Isaac es uno extraño, uno que implica una doble identidad por toda su producción y pos-producción, esto es porque inicialmente no era un proyecto que él iba a dirigir, menos el que iba a ser su debut cinematográfico. Lo que sucede es que la cinta iba a ser dirigida por David Blyth, quien grabó algunas escenas y luego fue despedido por Sean S. Cunningham, el productor tras esta cinta, y reemplazado por Isaac, quien venía de hacer los efectos especiales de una cinta anteriormente producida por Cunningham, "House II: The Second Story" (1987), que también trataba de un ente maligno que controlaba una casa y atormentaba a una familia (más sobre ambos elementos, más tarde), además de estar siempre relacionado con el mundo de los efectos especiales, los muñecos, los monstruos y el cine de terror en general, claramente era la decisión correcta, de hecho, no es difícil pensar que James Isaac fue elegido por que iba a ser el coordinador de efectos especiales de esta cinta también y finalmente se decidió hacer un cambalache.
Descubrir esta película, un tanto olvidada para los fanáticos del género, es como encontrar esa lata de Crystal Coca Cola que tus papás dejaron en un mueble para tomarla después y finalmente no la toman nunca... se ve increíble, recuerdas la gran cantidad de gente que estuvo loca por esa bebida en su tiempo, pero cuando te atreves a tomarla, resulta ser un poco rancia... o simplemente sabe a mierda. Aunque no es de las peores películas que he visto, y está muy lejos de ello, la película no es necesariamente buena. Muchos elementos de guión y actuación, así como de montaje, pueden haber sido arreglados y afinados con el fin de tener una película decente, pero claramente esa no era la intención principal de los productores de esta cinta de bajo presupuesto y altas ganancias. Queda claro que el punto alto de todo el asunto es la interpretación de Brion James haciendo de asesino en serie que ha sido capturado por nuestro protagonista, un policía que ha llevado años tras su rastro. Las mejores escenas son aquellas en las que Brion James puede hacer lujo de su mejor rostro diabólico en múltiples momentos, sobre todo en su ejecución por silla eléctrica, la cual sobrevive gracias a una especie de teoría sobre cómo el mal tiene las mismas cualidades que la electricidad, algo que se menciona, es explotado en cierta manera, pero nunca tiene una verdadera razón de ser.
Pese a la poderosa y a veces simplemente graciosa performance de Brion James, los productores tenían miedo de la cinta, e incluso uno de los guionistas quiso que su nombre no saliera, quedando como Allan Smithee. Tanta era la desconfianza, que se retituló la película en ciertos mercados para que llevara el ante-título HOUSE III, haciendo uso de la franquicia producida por Cunningham, pese a que esta película tuviera cero conexión con "House" (1986), llevando a los realizadores de la siguiente entrega de la saga House a retitular su película como "House IV" (1992), siendo esta finalmente una verdadera secuela de la original. Pero ya antes hemos hablado de secuelas falsas, pero es original cuando una franquicia como esta no haya tenido que ser blanco de los boicots de empresas extranjeras, utilizando el buen nombre de sus cintas para promocionarlas en otros lados, sino que se ellos mismos se disparan en el pie, dejando a los fanáticos rascándose la cabeza de qué tiene que ver esta cinta con el resto.
Pese a las fallas en la actuación del resto de los actores en el reparto, las estúpidas decisiones de guión, personajes que aparecen sólo para desaparecer inmediatamente, policías estúpidos... hay algo de carisma en todo el asunto, un amor por las cintas de terror y el cine en general, lo cual exuda Isaac en cada fotograma. Hay referencias a izquierda y derecha a los mayores ejemplos del terror, teniendo incluso efectos especiales similares a los encontrados en "Videodrome" (1983) de su mentor David Cronenberg. Tiene escenas terroríficas y cómicas en una mezcla adecuada y que entretiene lo suficiente durante la segunda mitad de la película. El resto y la conclusión son aburridas, como si se tratara de llegar a una especie de calma u otro tono mucho más serio, el cual no se logra para nada en ningún momento y que, además, no funciona, simplemente porque esta cinta siempre debió entretener más que nada, y no lo logra en todos los minutos que tiene en su poder.
Esta película tuvo el honor de estar en el clásico programa estadounidense "Joe Bob's Drive-In Theater" en un episodio de trasnoche en el cual se dio también "Needful Things" (1993) y "Knights" (1993) mostradas completamente.
6/10
Retrospectiva James Isaac (1960 - 2012):
· The Horror Show (1989)
Mañana:
· Jason X (2001)
No hay comentarios:
Publicar un comentario