He decidido cambiar un poco la dirección que hemos tomado con las críticas recientes, al menos por el día de hoy, y para darme un tanto de respiro al blog de tanto cine de terror. Es por eso que por el día de hoy le voy a dar una mirada a un videojuego de terror que jugué durante el verano de este año (2012) y que pude pasar (de hecho, empecé la segunda parte, pero, oops, empezaron las clases y con eso se fue todo mi tiempo libre al vertedero). Pues bien, primero debo decir que nunca he criticado juegos nuevos, y mucho menos cuando salen, así que no se molesten si estoy hablando de un juego que salió el 2001 para PlayStation 2, sobre todo si digo cosas que para todos ya son sabidas, o si repito algunas ideas que personas mucho más inteligentes que yo, y seguramente con más experiencia jugando videojuegos, tanto de terror como otros.
Bueno, mi historia con este juego parte hace muchos años cuando mi papá me trajo un juego que había comprado en su trabajo, era el "Fatal Frame 3", el cual yo conocía por críticas y artículos en revistas de videojuegos (esto, ojo, es cuando todavía iba al colegio y cuando todavía compraba revistas de videojuegos) y me atraía su concepto de terror y atrapar fantasmas usando una cámara de fotos, pero más allá de eso no sabía. La corta experiencia que tuve con ese juego no fue buena, fue mas bien desesperante, en el sentido de que todavía tenía un terror horrible a los juegos de miedo, y segundo, el juego se encontraba muy mal copiado, con los textos de juego corruptos, las películas cortadas, dejándome completamente en la oscuridad en cuanto a la historia. Por eso, saqué el juego, lo devolví y no volví a jugar un Fatal Frame en muchos años.
Bueno, llega el momento en que tengo tiempo y la actitud de explorar estos juegos de terror, así que decidí partir por el primero y debo decir que me sorprendió lo novedoso que debió haber sido en su tiempo el tener un juego como este en tu PlayStation 2. Ahora hay muchos juegos de terror (o no necesariamente pertenecientes a este género) que juegan con el tema de grabar o fotografiar lo que ves con distintos elementos, ya sea periféricos especiales u otros implementos (tomar en cuenta que habrá un remake de Fatal Frame 2 para el WiiU, debido a su control novedoso, que vuelve fácil el acto de fotografiar. Bueno, de todas formas, el juego sorprende con una mecánica interesante, donde si no te sabes los controles al dedillo, puedes perder muy fácilmente.
El juego no debe ser difícil, pero hay ocasiones en las cuales se vuelve prácticamente imposible. Esto es debido a la enorme cantidad de fantasmas que vuelven a aparecer en lugares donde es muchas veces imposible evitarlo, así como hay ciertos fantasmas "inevitables" para el fin de la historia, y esto es aún más complicado cuando se piensa en los escasos lugares donde se pueden encontrar pociones de vida cuando te encuentras lejos de un lugar para grabar (que te recupera la energía, según recuerdo). De todas maneras, el juego está construido de tal manera que siempre haya una estrategia para llevar esto a cabo sin morir repetidas veces (sólo recuerdo una vez en la cual me frustré y tuve que apagar la consola por un par de días hasta conseguirlo).
La historia es atrayente y te tiene intrigado durante toda la extensión del juego. La excusa de la búsqueda constante del amor perdido puede sonar un tanto cliché, pero son pocas las veces en las cuales partes manejando a ese amor perdido y ves cómo es arrastrado por las fuerzas del mal que controlan esta casa antigua llena de historias. De alguna manera también la historia logra transmitir la leyenda, los rituales y toda la extrañeza detrás de la familia, que termina siendo las partes más interesantes de toda la historia: la forma en que se nos va revelando los oscuros secretos y qué hay detrás de siglos de sacrificios ceremoniales a lo largo de los años, todos vinculados a un terremoto en particular, cuya fuente puede que no sea del todo geológica.
La experiencia de jugar el juego es asustadiza. Apuntar con tu cámara es algo que te da confianza y a la vez miedo, esto es porque primero es la única forma de derrotar a los fantasmas, y segundo, porque es la única forma verdadera de sentir el terror cara a cara, con los rostros, formas, desgarros y actitudes que toman estos sanguinarios fantasmas. No es bonito ver a un fantasma acercarte a ti de manera monstruosa. De alguna manera resulta curioso que la única forma de ver los fantasmas sea a través de un medio, y que la mayor parte de la historia de la casa se nos de a través de las fotos que nosotros mismo sacamos, es decir, la fotografía con su modelo teórico usual es aplicado de manera eficienta a un videojuego, pues sirve como arma de doble filo, de alguna manera "descubre" el pasado y lo recuerda (razón usual metafórica del recurso de la fotografía en el audiovisual) y a la vez destruye el pasado y los recuerdos, representados por los fantasmas que nos atacan y tratan de arrastrarnos a ese pasado mortal que no queremos vivir pero si recordar con la distancia, la distancia del lente de la cámara y de las fotos de la Polaroid especial.
Curioso que este juego depredara a la cinta tailandesa "Shutter" (2004), seguramente fue una clara inspiración.
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