viernes, 14 de septiembre de 2012

100 Días de Terror - Nº 53: The Phantom of the Opera (1925)

El (casi) inicio de una enorme tradición, por Jaime Grijalba.
Hay una atmósfera que recubre a las películas mudas, algo siniestro y lleno de horror que no podemos evitar ver en cada fotograma que pasa ante nuestros ojos. Esa sensación de seguridad de estar viendo a gente muerta, que todas las personas tanto detrás como frente a las cámaras están muertas. Esta sensación se amplifica al doble cuando estamos hablando de una película de terror, como ocurre en las clásicas cintas de vampiros como Nosferatu o la cantidad de películas del Golem que se hicieron en Alemania. Luego tenemos las primeras películas realizadas por la Universal, las cintas de terror que los establecieron como los más grandes e importantes productores de terror de la primera mitad del siglo XX. Como algunos saben, la Universal partió con el cine mudo, y pese a que el ciclo clásico del terror Universal parece comenzar, de acuerdo a los expertos, con "Dracula" (1931), podemos decir que todas las cintas de terror realizadas por la Universal son algo importantes a la hora de establecer el legado que han dejado con cintas como "Frakenstein" (1931) u otras tantos clásicos que hoy veneramos con tanto amor y comprensión. Pese a todo esto, tenemos que la película que nos toca ver hoy no es la primera cinta clásica de terror de la Universal, y pese a contar con el mismo actor, siento que "The Hunchback of Notre Dame" (1923), que también cuenta con la actuación y el magnífico maquillaje de Lon Chaney Sr., es la cinta superior de las dos en varios sentidos, tanto en actuación como en pirotecnia total, y pueden leer mi crítica en la locura de terror que hice el año pasado sobre esa película.
Pero, ¿cuál es la razón por la cual esta película es la más recordada de todo el ciclo mudo de terror de la Universal, pese a ser "inferior" y no ser la primera? Bueno, podemos pensar que hay algo en la imagen, el rostro del fantasma, que es mucho más icónico y asustadizo que la cara deforme del jorobado de Notre Dame, hay también acá una cierta economía de imágenes en cuanto al terror, mostrando lo preciso y concisamente los elementos que hacen de esta película una tan efectiva y memorable, y también hay cierta atmósfera que cubre todo, las catacumbas y los subterráneos de Francia son puestos en escena de manera magistral y precisa, siendo de los mejores ejemplos que tenemos de atmósfera por sobre trama, esto es porque la trama de cómo el fantasma rapta a la mujer (y la decepcionante conclusión a la que llega la película) resulta débil y poco convincente. Hay algo operático y exagerado en la forma de actuar de los actores en esta pieza audiovisual, mucho movimiento de manos, rostros agrietados por gritos mudos, pero que resultan ser concordantes tanto con la atmósfera y con el tiempo en el cual la película fue hecha, donde aún quedaban resabios de lo que se conoce como "teatro filmado", una maldición que siguió al cine hasta principios de los años 30 y pocos cineastas (salvo algunos talentosos genios) pudieron escapar en su tiempo. Pese a todo esto, es una película con una gran atmósfera, impresionantes sets, actuación memorable de Lon Chaney Jr. y quizás el más famoso de los monstruos del cine mudo de todos los tiempos.
8/10

2 comentarios:

Sam Juliano dijo...

One of the great classic horror films! Chaney of course gives one of the cinema's most celebrated performances, and the color strip ball sequence is one of the all-time greatest set pieces. Beautifully penned review Jaimie!

Jaime Grijalba dijo...

Sam: Thanks, it is a great performance.