Habiendo ya visto la clásica y entretenidísima "House of Wax" (1953) protagonizada por el maestrísimo talento que es Vincent Price, ver esta pelicula puede tener varias reacciones en tu cuerpo, todas las cuales se representaron y aparecieron en mi cuerpo. Primero era la familiaridad, pues la película sigue muy fielmente todas las escenas claves de su remake de 20 años después, e incluso repite algunas de las imágenes más sugerentes, lo cual produce algo de aburrimiento y decepción con respecto a la cinta que viene años después. No me ocurrió lo mismo que cuando vi la cinta del día de ayer, cuando uno nota la originalidad de las imágenes y las aprecia por lo mismo, acá, pese a yo saber que se trataba de lo mismo pero que esta era primero, no podía sino pensar en que resultaban mucho más lindas en una fotografía que no fuera la limitada (pero aún así, a veces interesante y hasta bella) del Two Strip Technicolor, que significaba que los únicos colores disponibles para pintar las escenas era el rojo y el verde, cuyas diversas combinaciones dan un tono monótono a la cinta, comparado con el color explosivo y que se hace ver de la versión de 1953. Sin embargo, aunque falle en el aspecto visual, aunque sea en parte, tiene varias escenas muy interesantes en ese apartado, al mismo tiempo que edición un tanto novedosa, hay otros elementos que se destacan y la hacen diferente e interesante.
Nos encontramos ante una película que se denomina Pre-Code, es decir, hecha justo en un momento del cine en el cual el código de conducta de lo que se podía o no podía mostrar existía, pero no era forzosamente puesto en práctica, y no pasaron muchos años antes de que empezara a haber censura y exigencia de cortes. Pero durante ese período previo a la era oscura del cine, tenemos una gran cantidad de películas atrevidas, que se atreven a mostrar la realidad, la crudeza, la violencia y los vicios del ser humano. En este caso, tenemos una toma particularmente explícita de un cuchillo entrando en el pecho de alguien que ya está muerto, pero que resulta, de todas maneras, muy chocante para todos los que la observaron en su tiempo, seguramente. También hay referencias a drogas y a la vida sexual de los personajes, incluyendo una breve aparición de una revista de "relatos sucios" que uno de los policías lee mientras le habla nuestra protagonista, una mujer que nota que hay algo extraño ocurriendo con la aparición de este nuevo museo de cera. La historia es básicamente la misma que la del remake que se lanzaría 20 años después: un maestro artista en la cera busca venganza con las personas que hicieron que su museo original se destruyera en un fuego. Lo que hace es tomar cadáveres de personas parecidas a los famosos que hace esculturas y los pone en un baño de cera, lo terrorífico es que hace matar a esas personas para conseguirlo.
Es una película interesante para comparar, pero que no recomiendo ver muy seguido después de su otra versión porque puede aburrir, pese a que yo vi esta versión más antigua al menos un año después de la del 53, aún así me choqueó lo similares que son.
8/10
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