No hace falta ver mucho para darse cuenta que nos encontramos ante una obra basada en una novela de Víctor Hugo, uno de los escritores y literatos franceses más famosos de la historia, así como talentosos, pero a la vez con una gran cantidad de lugares y temas comunes que se repiten a lo largo de su carrera, como son las historias de ciertas épocas históricas, así como la habilidad de retratar a personajes siempre "miserables" (hasta el punto de escribir una novela llamada "Los Miserables"), caídos en desgracia por elementos ajenos a ellos mismos, siendo finalmente utilizados por personas más hábiles y que se encuentran en ese momento con un poder superior, cayendo aún más y más profundamente en la miseria que los envuelve. Un camino similar sigue el protagonista de esta escalofriante y a la vez compleja pieza dramática, un payaso que ha decidido esa profesión por la tristeza de su ser, dejado solo cuando niño en el frío, sus lágrimas congelaron su rostro, dejándolo en una permanente sonrisa, que para muchos resulta graciosa, pero que basta ver un par de segundos para pensar todo lo contrario: el dolor, el horror y la tristeza que hay detrás de esa sonrisa permanente es simplemente escalofriante. Todo esto acompañado de una complicada maraña de linaje en medio del gobierno de los reyes ingleses, el payaso del pueblo es amado y aclamado por todos, dándole algo de consuelo, el mismo que le logra entregar su amada ciega (que no puede ver la deformidad del desdichado), pero que sin embargo logra entender como una maldición, todos se ríen de su deformidad, y él no se siente merecedor del amor de una ciega que no sabe realmente cómo es.
La película resulta muy interesante, pero peca de avanzar muy lentamente en su trama y en hacer aparecer el conflicto (que empieza cuando se encuentra a una señorita de alta sociedad que no se ríe con el acto de nuestro protagonista), pecando de dar mucha información de base y sin entregarnos el suficiente conflicto, que viene a resultar vericuetamente realizado con gran habilidad y sabiduría a la hora de presentar las razones y a los personajes envueltos, formando relaciones dificultosas y conflictos de poder que llegan hasta el mismo trono. La actuación y el maquillaje de Conrad Veidt resultan de primer nivel para cualquiera que la vea, hay un dolor interno que resulta obvio y transmitido a través de los ojos, resultando muy poderoso, sobre todo cuando se es apoyado por las performances del resto de los personajes. La figura del payaso resulta conmovedora y casi cristiana en su figura salvadora y aclamada por el pueblo, para luego ser engañado. Es una hermosa historia de amor verdadero pese a todo lo que ocurre y eso no se encuentra muchas veces en nuestro cine de hoy en día.
8/10
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